No debería de ser un tan gran misterio conocer cuál es la forma en la cual el nuevo cuerpo técnico de la Selección Mexicana de Futbol pretende jugar y ganar los partidos que a partir de ya le tocará dirigir.
Todo en el futbol nace de un concepto. Y eso que conforma esta última palabra se alimenta casi siempre a partir de la personalidad del entrenador en cuestión. Definir la personalidad futbolística de Diego Cocca como entrenador, su misma filosofía de juego, su estilo y recursos no debe ser nada complicado. Lo conocemos de sus experiencias a cargo de equipos como el Santos Laguna, los Xolos, el Atlas (a los que llevó al bicampeonato) y los Tigres (a los que dirigió apenas unos cuantos juegos pues renunció para dirigir a la Selección).
Es un entrenador que privilegia el orden y trabaja en la presión alta al rival cuando este tiene la pelota para recuperarla lo más rápido posible. O sea, lo mismo que hacen o pretenden hoy todos los entrenadores, jóvenes o veteranos, en la Liga Mx.
¿Es un entrenador al que le gusta que su equipo tenga posesión y circulación rápida del balón, con predominio de mediocampistas técnicos y creativos? No.
¿Es un entrenador que privilegie el rol de sus delanteros por los costados, los populares extremos? ¿Un entrenador que arriesgue con subidas constantes de sus defensas laterales buscando desequilibrar al contrario? No necesariamente. O no es un estilo que uno pueda ubicar como su sello.
Entiendo que al declarar que buscará ganar o jugar de una cierta forma y no de cualquier forma está marcando un compromiso que pronto dilucidará y eso es positivo y en más de un sentido encomiable. Y entiendo también que ese preciso estilo dependerá del talento que mejor se le presente. Pero bueno, él tendrá que llegar con una idea o una propuesta, si no va a reinar el caos. Y eso no es bueno.