Los Días de Muertos son ocasión para despertar el ingenio y la creatividad en aras de estimular la apreciación artística de la ciudadanía. Así sucedió el pasado sábado 23 de octubre, cuando el colectivo Taller Las Vías, que encabeza Julio César Guzmán Mejía, realizó una performance pictórica para celebrar la muerte en vida, con el apoyo del Centro Cultural Toluca, espacio que se ha convertido ya en un referente ineludible cuando si se quiere comprender el quehacer artístico de la ciudad capital del Estado de México.
Desde el mediodía de ese sábado, el colectivo de artistas comenzó una intervención en el Jardín Zaragoza, frente al centro cultural referido, que consistió en un paseo de la Muerte vestida de mujer de luto, quien entre la música habitual del jardín, interpretada por la Banda Municipal, camina entre los paseantes haciendo lo que se conceptualizó como su último recorrido antes de cruzar un imaginario río ancestral que es la avenida Hidalgo, antes de ofrendar un saludo al altar de muertos del centro e instalarse en una de las salas, donde un grupo de artistas plásticos la dibujó y la pintó, en tanto el grupo musical Los Gatos de la Vía Láctea interpretaron música prehispánica.
Como en todo ejercicio multidisciplinario, en el que participan un gran número de personas, la suma de intenciones y voluntades dio como resultado una expresión artística plural que sorprendió a muchas personas, no acostumbradas a espectáculos que surgen espontáneamente, sin aforos cautivos, y que en cambio, van en busca de su público, que puede estar en cualquier lado y en cualquier momento. Esa fue la intención original del espectáculo que los participantes llamaron “De lunas un Mictlán”, en referencia no solo al inframundo de la cultura mexica, sino a la presencia de la luna bajo cuya luz puede entenderse mejor el ritual del Día de Muertos de noviembre en México.
Quizás no sea coincidencia que la modelo que personificó a la muerte lleve por nombre Luna Oz, y que imaginariamente su recorrido por el espacio público haya sido dotado de significado por los artistas como un paseo por nubes y árboles, y que su paso por la ofrenda haya sido un homenaje por los habitantes de la ciudad, vivos y muertos este año.
Lo cierto es que este espectáculo se enmarca de una tradición artística que viene sucediéndose en la ciudad de Toluca desde hace ya varios años, por artistas de generaciones y disciplinas diferentes, que se reúnen y ofrendan su trabajo para fortalecer con ello la tradición del Día de Muertos. ¡Enhorabuena por esta iniciativa que desautomatiza la percepción adormilada de una tradición que sigue viva y que no terminará mientras haya quienes la revitalicen con nuevas expresiones y nuevos lenguajes!
Porfirio Hernández
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