Orígenes es el nombre de uno de los grandes escritores eclesiásticos de los primeros siglos del cristianismo. Nació en Alejandría en el año 185, murió en Tiro en el 253 y era hijo de Leónidas, que murió mártir en tiempos del emperador Septimio Severo el año 202. Le suelen llamar Adamntius (firme, inalterable) y se distinguió por su sabiduría y erudición. Estudió filosofía en la escuela de Panteno, en Alejandría, además de estudiar en la escuela catequética de Clemente.
Orígenes fue sumamente productivo pero muchos de sus escritos se perdieron y se conserva solamente una parte de su obra. Escribió una defensa del cristianismo en su obra “Contra Celso” y dejó muchas homilías y comentarios a las Sagradas Escrituras. Entre los aspectos sociales de su obra podemos decir en primer término su reconocimiento de la ley natural y de su manifestación en el ser humano, pues, decía que cuando hacemos algo malo “existe dentro de nosotros una cierta ley natural que acusa a cada uno y le sugiere que es malo lo que comete”.
Para Orígenes, Dios hizo al hombre necesitado para que ejercitara su inteligencia y veía el origen del trabajo y las actividades económicas en la necesidad de satisfacer las necesidades humanas. Decía que “las necesidades de la vida dieron origen a la agricultura y al cultivo de la viña, a las de los huertos, por una parte, y a la carpintería y herrería por otra, que entienden en la fabricación de los instrumentos para las artes que nos procuran la comida”.
Consideraba que había tres tipos de cosas, unas buenas, otras malas y otras indiferentes. Buenas para él son las virtudes y malos los pecados, pero al hablar de las riquezas, las considera indiferentes, pues el bien o el mal en ellas depende de su uso y administración. Como todos los pensadores cristianos de su tiempo, sostenía que lo importante era compartir. También alababa mucho la virtud de la hospitalidad.
Después del bautismo y del martirio, Orígenes proponía la limosna como medio para obtener el perdón de los pecados: “El tercero se concede por la limosna, pues dice el Salvador: Sin embargo vosotros dad limosna, y he aquí que todas las cosas son limpias para vosotros”.
Gregorio Taumaturgo, obispo de Neocesarea, fue alumno de Orígenes, y una de sus obras fue la que en español se ha conocido como “Elogio del maestro cristiano”, que escribió como agradecimiento. A su vez, Gregorio influyó grandemente en los grandes autores capadocios (de la Capadocia, región histórica de Anatolia Central en Turquía), que fueron Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa, cuyas aportaciones en el campo social son muy importantes.