El PIB de México creció este primer trimestre del 2025 apenas un .8 por ciento con respecto al mismo trimestre del año anterior, donde éste creció a 1.8 por ciento. Y el antepasado a 3.4 por ciento.
Muchos analistas están acostumbrados a interpretar los movimientos del PIB como reflejando los movimientos de la economía de cada mexicano. Sin embargo, para poder analizar el desarrollo de nuestra economía hay que meternos a realizar análisis más particulares para entender qué está pasando, y quién está siendo o no afectado por un movimiento adverso o positivo del PIB.
A partir de la crisis del COVID, el PIB mostró una recuperación de 3.6 por ciento anual promedio a precios constantes, hasta finales del 2023, donde ha mostrado una desaceleración en su tendencia. La razón de este fenómeno es la caída en el sector secundario, (figura 1) y dentro de este, la variable que ha jalado la tendencia a la baja ha sido la producción de petróleo y gas. Lo anterior reflejando un cambio en costos de Pemex, acentuando más los de refinación, aumentando la oferta de gasolinas, disminuyendo los de extracción para exportación. El PIB disminuyó su tendencia, sí, pero afectada por la sensible caída en la producción de petróleo. Por lo que la tendencia decreciente observada no ha afectado a cada mexicano, sino quizás a aquellos empleados en Pemex que fueron despedidos por la contracción en la producción, lo cual tampoco sucedió.
Por el lado de la demanda, mientras el PIB trimestral creció 0.8 por ciento respecto al mismo trimestre del año anterior, el consumo privado lo hizo en un .6 por ciento, reflejando que fue un indicador que incidió en la caída del PIB. Pero la inversión privada cayó un 5 por ciento, mientras que el gasto gubernamental creció en 1.5 por ciento, concluyendo que el indicador que más afectó la contracción del PIB fue la Inversión privada, proveniente de la incertidumbre que la afecta por la situación de aranceles que no se ha resuelto aún.
Al interior de los hogares, los movimientos del PIB no reflejan los de los ingresos de las personas. Hemos visto que durante el período 2022-2024 el ingreso trimestral de los hogares creció en una media del 13 por ciento, mientras que el PIB creció un 5 por ciento durante esos dos años.
Y en el caso del empleo, los resultados del ENOE nos indican que el primer trimestre del 2025 refleja una caída en el personal ocupado del 0.2 por ciento, que no coincide con el crecimiento del PIB, y que posiblemente puede deberse a un problema estacional donde algunos establecimientos despiden a sus empleados a principios de año para que pierdan antigüedad, volviéndolos a contratar.
En suma, los análisis alarmistas de que “vamos en picada”, como verá el lector, son opuestos a lo que puede observarse a partir de un análisis estructural de las variables que realmente afectan a los mexicanos: el ingreso, el consumo y el empleo.
Para mejores resultados aun, debemos continuar con una política fiscal que permita mayor nivelación del nivel de vida de los mexicanos, y unas buenas negociaciones con Estados Unidos que eliminen la incertidumbre que tanto nos está afectando.
Figura 1. Comportamiento reciente del PIB por sectores

