Advierto que, a pesar de mi investidura, no soy política, por lo que mi análisis de las conductas del INE proviene de la observación de un ciudadano común y corriente que quiere que la democracia funcione. Como observadora interesada en elecciones limpias, he visto al INE hacerse de la vista gorda en el manejo de las elecciones intermedias de 2015, donde debutó como Instituto Nacional en la organización de las intermedias, llenas de violaciones en materia de gastos de campaña que fueron denunciadas a su tiempo. Lo mismo sucedió en las elecciones presidenciales.
De repente, qué casualidad, se puso estricto con los gastos de campaña, principalmente de algunos candidatos morenistas durante las intermedias. No pude más que explicar esto como proveniente de un instituto que no estaba siendo imparcial. Ahora, con la Ley de revocación del mandato, en general bien acogida por la población, surgió la idea de la oposición de que con el nivel de popularidad del Presidente no convenía el ejercicio. Y otra vez, aparece el INE trabajando para boicotearlo. Burdamente aludiendo a un tema presupuestal, cuando justamente su presupuesto consideró los 3 mil 800 millones de pesos que Lorenzo Córdova dice que necesita para organizar este acto democrático.
Basta comparar los presupuestos pasados para hacer esto obvio. En dos años no electorales, 2019 y 2020, al INE se le asignaron 15 mil 363 millones 37 mil 745 pesos y 16 mil 660 millones 795 mil 16 pesos, respectivamente. Para las intermedias se le añadieron más de 10 mil millones, quedando entonces con un presupuesto de 26 mil 819 millones 801 mil 594 pesos, que dicho sea de paso yo, como observadora, no vi que el instituto hubiera vigilado elecciones limpias como es su mandato.
Ahora, para 2022 se le está añadiendo 4 mil 373 millones respecto a un año no electoral, 2019, justamente para la organización de la consulta de revocación de mandato. Es burdo entonces el argumento de que no cuenta el instituto con los recursos necesarios para llevar a cabo el ejercicio a cabalidad. Y digo que es burdo porque otra vez descaradamente nuestra máxima autoridad electoral está jugando con la oposición que no quiere el mandato. Urge una reforma del instituto que garantice objetividad en su función.
Patricia Armendáriz
@PatyArmendariz