Despachar en las oficias públicas con aire acondicionado, aleja a los funcionarios responsables de conocer y resolver la realidad en la que viven miles de poblanos en municipios controlados por la delincuencia.
Infiltrar delincuentes en las policías municipales y tener mandos al servicio de los grupos delictivos facilita imponer el terror en diferentes regiones del estado. Los ciudadanos honrados y decentes que, con adversidad la sanitaria que afecta la economía trabajan de sol a sol para salir adelante, son vulnerables a la impunidad de las células de delincuentes, las cuales extorsionan con el cobro de piso y asesinan a quienes se resisten al atraco.
Municipios de la zona del mal llamado “triángulo rojo” sobreviven bajo el asedio de los delincuentes.
Miles y cientos de jóvenes se han convertido en el negocio ilícito de la venta de drogas y no hay políticas públicas que los protejan o rehabiliten, dejándolos a merced de los narcomenudistas.
Los comerciantes, empresarios, profesionistas, médicos y la población en general enfrentan la impunidad de criminales que se mueven con toda libertad, con la complicidad de varias autoridades municipales.
Hoy es inaccesible el paso al volcán Citlaltepetl porque está controlado por la delincuencia; el ingreso por San Antonio Atzitzintla es territorio de células delictivas. A la fecha sigue desaparecida una joven que fue privada de su libertad por un grupo de civiles armados, quienes la interceptaron cuando viajaba con su novio en una cuatrimoto.
El reciente caso documentado por las cámaras de viodevigilancia de un domicilio, que no de una red de vigilancia del ayuntamiento, exhibe la manera en la que fue privado de su libertad un comerciante, en el municipio de Acatzingo.
Es el hijo de Concepción Colotla, un conocido comerciante propietario de tortillerías del municipios de Tepeaca. Fue secuestrado por los tentáculos del monstruo delincuencial que todo desaparece como depredador, una pesadilla para ésta y otras familias pues les han robado la paz y la tranquilidad.
Este mismo clima de inseguridad por el terror y la impunidad de la delincuencia se extiende a vastos territorios del estado, tan grave en las zonas oriente (Valle de Serdán), en la Sierra Negra, en las Sierras Norte y Nororiental, al sur y la zona metropolitana.
Pablo Ruiz