Política

Nuestra sociedad civil

Varias veces he señalado que no me gusta echar mano de Wikipedia para abordar términos complejos que resultan claros en el terreno de la filosofía, pero no en el de nuestra vida cotidiana.

Mi resistencia tiene que ver con el hecho de que en el ánimo de “simplificar” ciertas ideas –para que todo mundo las comprenda– terminamos por diluirlas, drenando la riqueza de sus variantes y las posibilidades de uso y sentido. Justicia, compasión, empatía, solidaridad, equidad, compromiso, honestidad, felicidad, ética, moral o deber, son parte de ese universo de palabras escurridizas que en el uso común se emplean sin ton ni son, desvirtuando su verdadero significado.

Traigo a cuento esto, porque en el ir y venir del sinnúmero de declaraciones desafortunadas hechas por la lamentable casta política con relación al paso del huracán Otis en Acapulco, queda claro que la población damnificada no puede, ni debe, esperar su ayuda. Su mezquindad es tan grande que los ha vuelto unos impresentables de campeonato, patanes de tiempo completo.

Afortunadamente –como refiere Wikipedia–nuestro país cuenta con el apoyo de la sociedad civil, ese invento liberal que funciona como el espacio de la vida social organizada “voluntariamente autogenerada, independiente, autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas [que] involucra a ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas, y para intercambiar información alcanzando objetivos comunes”.

Así pues, por su naturaleza y carácter, la sociedad civil es una unidad integrada que promueve los derechos humanos.

Gracias a este invento ciudadano, la ayuda humanitaria ha logrado sortear la perversidad moral e incapacidad operativa del Gobierno federal, estatal y municipal guerrerense, para llegar a sitios donde, a más de dos semanas de la catástrofe, la gente sigue a la espera de acceder al agua potable, alimentos, medicinas, ropa y un techo para resguardarse.

La buena voluntad y valentía de gente que en lo individual o en colaboración con la Red de Bancos de Alimentos, la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Techo, universidades y asociaciones vecinales, abrió una ventana de esperanza para pensar que la sociedad civil, cuando se lo propone, lo puede todo. Aunque AMLO y sus fanáticos lo nieguen.


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Pablo Ayala Enríquez
  • Pablo Ayala Enríquez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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