Política

Los sedientos cromañones

Este fin de semana vi tres videos tan graciosos como terroríficos. El primero narra la manera en que más de 200 hombres hacen cola esperando a que el expendio de cerveza abra sus puertas. El segundo, grabado en un Seven, recoge las porras y aplausos de más de 50 caballeros cuando llegó el camión repartidor de la cerveza. El tercero, ahora dentro de un Oxxo, muestra a unos 20 individuos bailando al compás de una banda sinaloense que les sigue mientras compraban sus cajas de cerveza.

En los videos “documentales” (saga que podría titularse Los sedientos cromañones), la sana distancia, el orden o la prudencia quedan fuera de escena. Los cantos, saltos, bailoteos, abrazos y chiflidos celebran la pandemia. Los actores son ganadores potenciales del Oscar a la estupidez.

¿Hay forma de detener este “ímpetu” con los recursos cívicos de que disponemos o convendría instalar alguna de esas estrategias con las que el gobierno chino acható la curva de la pandemia?

En su artículo La emergencia viral y el mundo del mañana, Byung-Chul Han señala que el sistema de crédito social chino, día tras día, evalúa la conducta social de cada ciudadano. “En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación. Se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales. A quien cruza el semáforo en rojo, a quien tiene trato con críticos del régimen o a quien pone comentarios críticos en las redes sociales, le quitan puntos. […] Quien cae por debajo de determinado número de puntos podría llegar a perder su trabajo”.

Tal control es posible porque las calles en China están vigiladas por más de 200 millones de cámaras, capaces de seguir el recorrido diario de cualquier persona, especialmente, de quienes estuvieron expuestos a fuentes transmisoras de covid-19. La vigilancia es tal que si alguien rompe de manera clandestina la cuarentena, como refiere Byung-Chul Han, “un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda. Quizá incluso le imprima la multa y se la deje caer volando…”.

Sin duda, las medidas tomadas por el gobierno chino fueron muy eficaces para achatar rápidamente la curva del contagio, pero, a costa de la domesticación ciudadana, la supresión de algunas libertades básicas y poner en jaque la autonomía.

Visto así, prefiero la estrategia mexicana, aunque aún no logre apaciguar a los sedientos cromañones. 

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Pablo Ayala Enríquez
  • Pablo Ayala Enríquez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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