Esta semana se dieron los resultados de la segunda fase de la Ronda 1: fueron asignados 3 de 5 campos en licitación para la zona de Tabasco y Campeche. Las empresas ganadoras fueron la italiana Grupo Eni, el consorcio de Petrobal con Fieldwood Energy y la argentina Pan American Energy en conjunto con E&P Hidrocarburos.
Lo importante de esta licitación es el margen de participación del Estado en las ganancias que en promedio llegan a un 75.9%; es decir, la inversión se lleva a cabo por las empresas extranjeras y tienen solo el 24.1% de utilidad y el resto México, sin invertir un solo peso.
Cabe mencionar que los bajos precios del petróleo a nivel mundial han demorado un poco las inversiones y es importante también mencionar que las primeras inversiones son exploratorias y la extracción se podrá ver hasta 2018. Esta semana China hace de nuevo temblar al mundo: la segunda economía del planeta no está creciendo al ritmo esperado, lo que implica una menor demanda del hidrocarburo por parte del gigante asiático.
En semanas pasadas el Gobierno Federal anunció que lanzará la iniciativa de liberar los precios de la gasolina que con estos bajos precios del petróleo debería estar a un precio competitivo y esto será benéfico para los consumidores.
Sin duda lo mejor que ha hecho este gobierno, que mucho nos ha quedado a deber, son las reformas. Debemos estar conscientes de que los beneficios de las mismas se verán no en el corto plazo, pero es un hecho que ya tenemos dado el primer paso. Aún hay campos petroleros por licitar en futuras fases y algo muy atractivo sería el explotar los medios no convencionales como el Shale Gas y Shale Oil; existen datos de la Agencia Nacional de Energía que especifican que México podría ser el cuarto país productor de Shale Gas en el mundo, sin embargo esta fase de la Ronda 1 se postergará hasta verse nivelados los precios del hidrocarburo, puesto que la tecnología en la extracción por estos medios es más costosa.
Esperemos en un futuro nuestro país pueda llevar a cabo el fondo petrolero, que si bien ya está acordado, debemos asegurarnos de que el manejo del mismo sea el óptimo; Noruega es el vivo ejemplo de lo bien que puede llegar ser el administrar un fondo petrolero cuyos recursos generen beneficios sociales visibles para toda la población.