2016 ha sido sin duda un año muy difícil y apenas comenzamos el segundo semestre del año, y el panorama no parece ser distinto; por el contrario, continuamos viendo muchas vicisitudes.
Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer que tanto el consumo interno como la inversión fija bruta disminuyeron en 2.2% y 1.6% respectivamente; pero la cuestión es, ¿cómo me afectan estos datos económicos? La caída en el consumo es un reflejo de la política monetaria restrictiva que está aplicando el Banco de México, este año ha incrementado la tasa de interés en dos ocasiones, la primera en febrero de este año que ya comienza a surtir efecto, y la segunda en el pasado junio.
Un incremento en la tasa de interés eleva el costo del dinero, razón por la cual las personas prefieren ahorrar que consumir y los costos de los créditos se elevan; al caer el consumo, cae en su conjunto la demanda agregada y con ello la inversión y la generación de empleos y la economía en su totalidad, razón por la cual este año hemos visto ya recortes tanto al presupuesto como a la expectativa de crecimiento esperada.
El dato de inversión fija bruta a la baja indica que las empresas están dejando de invertir en infraestructura ante la poca demanda de sus bienes y servicios, lo que nos permite ver que a menor inversión, menor generación de empleos y es así como esto afecta a los individuos; si la gente no tiene empleo, no tiene un ingreso y dejan de comprar los productos y servicios que vendemos o dejan de comprar a las empresas para las cuales trabajamos, y es así que esta espiral económica afecta tanto a las grandes empresas como a las más pequeñas.
Los economistas vemos aún posible este año más incrementos a la tasa de interés, lo cual redundaría en una situación económica más difícil.
A nivel país también lo vemos reflejado en los anuncios al presupuesto que ha anunciado el Gobierno Federal, el último de casi 32 mil MDP y a menor gasto de gobierno, menor crecimiento económico.
Esta medida afecta también al gobierno ya que incrementa la deuda al ser pagada a una mayor tasa; por otro lado hace al peso una moneda más fuerte y lo vemos en la paridad cambiaria.
Pero a la larga, un peso más fuerte también afecta las exportaciones. Una tarea muy dura la que tiene el gobierno.