Veo la mañanera por ineludible obligación, es 8 de marzo y en la conmemoración del día internacional de la mujer, como es sabido, habrán de efectuarse diferentes manifestaciones de organizaciones de mujeres que no dejarán pasar la oportunidad de recordarle a la sociedad y sus instituciones lo que les duele, lo que les indigna, lo que les asusta, lo que no les deja vivir tranquilas, y por lo que no dejarán de luchar.
Es casi una película ya vista lo que sigue, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, asegura que el país tiene una deuda histórica con todas las mujeres, donde subsisten muchas desigualdades y por lo que el gobierno busca transitar hacia la igualdad, proveer condiciones que disminuyan esta situación, “poner a la mujer al centro de la transformación de nuestro país”.
Complementa el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmando que la fecha no es ocasión de felicitar, sino de refrendar el compromiso de todos en favor de la igualdad de las mujeres, a quienes ve “participando "como nunca en la historia", luego acusa y descalifica anticipadamente a lo que cree son grupos conservadores de que "se disfrazan de feministas" que se lanzan contra su gobierno, que usan la violencia, no porque haya razón para la indignación ni la ira desbordada, según sus datos.
¿Cómo hacerle entender que no se trata de él? No era el tema el presidente víctima de ataques de sus adversarios, no es nada que haya surgido como enojo genuino ante los fallos y los nulos avances en las causas de las mujeres, ¿Piensa que la causa femenina es legítima si no le reclama airadamente al mandatario?
¡Ya pusieron la muestra! Las mujeres activistas ante la valla de metal, instalada para proteger el Inmueble de Palacio Nacional, enardecidas por la obstinación de permitir que Félix Salgado Macedonio sea candidato a la Gubernatura de Guerrero, aun cuando pesan sobre él sendas acusaciones por agresiones sexuales, el día anterior han desplegado el ingenio trascedente, eficaz, irreductible; convirtieron la cerca en galería y memorial de las víctimas y la fachada del edificio protegido, en pantalla para proyectar su indignación.
Hay más, durante su transmisión de la conferencia mañanera en redes sociales, se volvieron a manifestar con hashtags recordando que no les puede minimizar y que las causas de las mujeres no necesitan la complacencia ni la verborrea presidencial, sino su intervención determinante sin evasivas ni demoras.
Se va confirmando que un 8 de marzo en las calles -donde por momentos lamentablemente se dieron enfrentamientos y destrozos que por momentos me parecen excesivos pero que entiendo tratan de hacer visible y dejar huella, de incomodar tanto como muchas de las víctimas y sus familias se han sentido ante la vulnerabilidad y la impunidad de muchas agresiones y crímenes- está quedando chico y que esas voces de exigencia cada vez menos se resignaran a los espacios ni a los cauces que calendarizadamente se les quieran conceder. Más valdría no volver a caer en la tentación de ningunearles.
Ojalá que la inteligencia, el ingenio eficaz y la persistencia sigan ganando terreno, y se apliquen en muchas causas.
Óscar Glenn
@OscarGlenn