La boda más discreta de la 4T, la de Santiago Nieto y Carla Humphrey, se convirtió finalmente en foco de atención, por encima incluso de la Fórmula 1 y la pelea de Saúl ‘Canelo’ Álvarez, todo por la imprudencia de una de las invitadas, la ya ex secretaria de Turismo de CdMx, Paola Félix, quien cometió una de las peores faltas para las administraciones morenistas: arribar al lugar en avión privado.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera contrajo nupcias con la consejera electoral este fin de semana en Antigua, Guatemala, en un evento que buscó alejarse de la sombra que dejaron fastuosas bodas a inicio de este sexenio, como la de la hija del abogado Juan Collado o como aquella celebrada en Puebla que en Palacio Nacional nadie quiere recordar.
Nieto quiso vacunarse de un nuevo escándalo. No solo evitó ruido con publicaciones exclusivas en revistas de sociales, sino que envió señales de austeridad en elementos como la música, el menú, el vino y hasta el lugar del festejo.
Se eligió Antigua por los bajos costos, pero, sobre todo, porque fue el lugar donde hace poco más de una década falleció la madre del titular de la UIF, Aurora Castillo Escalona. Carla Humphrey decidió llevar la boda hasta el país centroamericano, esperando que su pareja y su familia sintieran la presencia de la reconocida antropóloga queretana.
Hasta ese lugar se dieron cita figuras como los gobernadores Layda Sansores, de Campeche, y Mauricio Kuri, de Querétaro; el exgobernador priista de Sinaloa, Quirino Ordaz, y la ministra de la Suprema Corte de Justicia, Yasmín Esquivel Mossa. Además, acudieron familiares y amigos de la pareja, todos cubriendo sus propios gastos de hospedaje y transportación.
En la fiesta, menú de comida tradicional guatemalteca, vino mexicano (nada de champange, como dicen algunos) y un DJ para el baile que, confirmó directamente esta columna, tuvo un costo de 10 mil pesos. No se cerró el hotel solo para los invitados y el chef del banquete tuvo que estar cocinando para el restaurante abierto a otros clientes.
Palabras clave
Nunca falta el invitado/a incómodo/a que echa a perder la fiesta. Por un ligero error de cálculo, Paola Félix terminó con el encanto de la fiesta más resguardada de la 4T. Y puso en charola de plata el escándalo que esperaban los detractores y la oposición. Básicamente, de los delincuentes financieros.
Óscar Cedillo@Conejocedillo