El psiquiatra y especialista en temas de género, Jeremy Cruz, me dijo que todo lo relacionado con identidad de género, expresión de género y género como tal es complicado y que a pesar de ello, tenemos que informamos, educarnos y entender a las personas que están fuera de lo cisgénero (que tu identidad de género coincida con tu sexo de nacimiento). Recordemos, la identidad de género (hombre, mujer) nada tiene que ver con nuestra orientación sexo afectiva (heterosexual, gay) y estas no son conversaciones exclusivas de expertos o integrantes de la comunidad LGBT+, están allá afuera, cada vez más presentes en los medios de comunicación y en particular en Netflix, con propuestas como Feel good.
La serie de seis episodios de 20 minutos cada uno, es prácticamente un retrato autobiográfico de la comediante Mae Martin, una mujer a la que no le gusta ser clasificada. En diversas entrevistas ha mostrado su descontento con ser presentada como una lesbiana, su expresión de género es completamente andrógina: “Buenas noches, soy Justin Bieber”, bromea al inicio de sus rutinas y en efecto, luce como una joven estrella de pop, con un rubio cabello perfecto que podría enloquecer a las adolescentes del mundo.
En Feel good, Martin hace una exploración que nos lleva a lugares distintos de los que hemos visto en las series sobre mujeres lesbianas, a los problemas con su autoestima, con su cuerpo, con su identidad de género. A eso hay que sumarle el uso de drogas, ya que Mae es una ex adicta a las drogas y la adicción es uno de los temas centrales del show y de su comedia en general. Es una mujer compleja y fascinante que ahora suma esta propuesta a los contenidos LGBT+ que muestran la enorme diversidad dentro de la diversidad.