Hace apenas seis meses estábamos conmemorando la llegada de 2021 como un Año Nuevo, que presentaba incertidumbre en muchos aspectos sociales, económicos y de salud pública, aunque para los individuos se presentaba como una oportunidad de soñar de nuevo, tener nuevas intenciones y deseos, así como hacer compromisos consigo mismos.
Al final de 2020 en estos mismos espacios y en las redes sociales @laalegriadevivirenplenitud compartíamos la forma en que los grandes coaches internacionales como Tony Robbins, cambiando algunos términos del lenguaje convencional, nos invitaban a construir con compromisos claros y no con buenos deseos, nuestra mejor versión personal en el reto Año Nuevo, Nuevo Yo.
A mitad del camino vale la pena hacer una parada y evaluar, considerando que algunas de las herramientas de Robbins es la de tener siempre metas medibles que puedan ser analizadas y en caso necesario, hacer ajustes para llegar al destino proyectado, por lo que le pregunto al lector cómo vamos en los compromisos propios para este 2021.
Para el que firma este texto, 2021 ha sido un año de sorpresas y muchos cambios. Personas que salieron del camino cotidiano, unas nuevas que se cruzaron en la nueva senda; decisiones inesperadas llenas de adrenalina y movimientos; nueva ciudad residencial y, muchos ajustes más en los últimos 30, 60, 90 o 180 días, en el primer semestre del año y que, si bien algunos fueron críticos por la forma abrupta en que se presentaron, en el recuento de lo sucedido nos quedamos con las bendiciones recibidas, agradecemos los ciclos cerrados y seguimos con la energía enfocada en lo que nos planteamos para nosotros mismos: ser nuestra mejor versión en cada uno de nuestros asuntos.
La certeza de que todo es perfecto y de que a pesar de las circunstancias debemos seguir trabajando para alcanzar los ideales con los que nos comprometimos, son hoy el motor necesario para poder observar que después de tiempos tormentosos, eventualmente llega la paz y es responsabilidad de cada uno retomar el rumbo aunque por momentos hubiéramos sentido que nos apartábamos del camino.
Quizás la vida solo nos ha dotado de nuevas herramientas, nuevas lecciones, nuevas compañías y circunstancias diferentes para continuar avanzando hacia el propósito de cada uno.
Lo hemos escrito muchas veces y lo volvemos a hacer en esta parada del primer semestre: ¿quieres ser víctima de las circunstancias o protagonista de una vida feliz? _
Omar Cervantes