Como dice la canción en inglés cantada, entre otros, por el gran Johnny Mathis, “It´s the most wonderful time of the year” (Es la época más maravillosa del año), llegó diciembre y con ello la temporada que nos invita a vivir en alegría, paz y amor.
Aún y cuando en términos comerciales, la Navidad llegó a los establecimientos desde septiembre, es hasta el último mes del año cuando sale el estado festivo y el calor de las celebraciones.
Este lunes estuve en una comida en la que al momento del brindis uno de los participantes evocó los valores de la armonía, la paz, el amor y la amistad, además de los buenos deseos para el siguiente año, con lo cual despertó en mi, de manera sincera, ese gusto por estas festividades cuando están llenas de calor humano.
En este espacio, además de desearle al lector que tenga una época maravillosa para cerrar el año, volveré a decir, como cada diciembre que también la sobriedad y la prudencia sean dos elementos presentes en nuestras actividades.
Sin pretender aguar la fiesta de nadie, hay que recordar que en esta temporada también abundan los excesos de todo tipo, incluidos los de consumo de alcohol y drogas, se disparan los accidentes automovilísticos, crecen los casos de depresión y otros factores más que nos deberían llevar a ser mesurados y sobrios en nuestras celebraciones.
Tengamos esos factores en mente para cuidarnos entre todos, pero dediquemos nuestra energía en construir momentos de amor y de paz en cada uno de los círculos sociales a los que pertenecemos, comenzando por la familia.
Para los cristianos y quienes celebramos la Nochebuena y la Navidad, nos quedan 20 días para uno de los días más importantes para un gran porcentaje de la población en México y el mundo, suficientes para que cada 24 horas procuremos sembrar en nosotros y en nuestro entorno, alguno de los valores universales del ser humano.
Son cuatro semanas también para cerrar el 2023 y agradecer, independientemente de cómo haya sido para cada uno, bendiciendo por tener vida y saber que todo es perfecto, a pesar de que en el camino haya habido momentos dolorosos o incomprensibles.
A disfrutar de la mejor época del año.
