Hace poco más de un año en este mismo espacio publiqué un artículo titulado “José José hace un excelente paso 12”, a propósito de la serie de Netflix “El príncipe de la canción”, lo que a mi parecer es un maravilloso testimonio más allá de su vida como artista, del sufrimiento que vivió al enfrentarse al infierno de las adicciones, particularmente del alcoholismo.
Los últimos 10 capítulos de esa serie narran con lujo de detalle cómo fueron sus días del llamado fondo de sufrimiento, su vida en las calles, el juego de la ruleta rusa con una pistola en mano y el vacío de una vida de dolor que contrastaba con el éxito de su carrera artística, con un excelente lenguaje cinematográfico para pasar el mensaje a los alcohólicos que aún sufren, sobre las consecuencias de esta terrible enfermedad, de la cual en la segunda crisis que padeció, tuvo la ayuda de Ricardo Rocha y Tina Galindo, quienes lo llevaron a internase a la mejor clínica en Hazelden Minnesota.
Antes de esta exitosa serie en esta plataforma de paga, en 1985 José José había protagonizado personalmente al lado de Christian Bach el filme “Gavilán o Paloma”, en el que compartía sus primeros años de la adicción, su primer matrimonio y cómo Anel Noroña había sido una motivación fundamental, igual que el nacimiento de su primer hijo, José Joel, que lo ayudaron en aquella época a tener sobriedad, aunque después tuvo un fondo más profundo que nos narra Netflix.
Ahora que lamentablemente José Rómulo Sosa Ortiz ha fallecido, más allá de su legado humano, musical y artístico que deja al mundo entero, vaya un homenaje también al alcohólico en recuperación que pasó gran parte de sus últimos años de vida llevando el mensaje de salvación a quienes sufren de adicciones, reconociéndose un AA que pudo salvar su vida.
Si bien es cierto que una de las tradiciones de alcohólicos anónimos habla del anonimato como parte fundamental de la espiritualidad del programa de los 12 pasos y de que se sugiere que las personas no salgan públicamente a hablar de la agrupación, me parece que vidas como las de José José, cuando utilizan a los medios masivos de comunicación para multiplicar el mensaje, suelen ser muy útiles y loables, sobre todo como en este caso, cuando gracias al Poder Superior, como dicen en los grupos, logró morir sin estar alcoholizado.
Pepe, gracias por tu vida, gracias por tu carrera y gracias por compartir sobre tu alcoholismo, descansa en paz.