Llegó el 12 de diciembre, para unos un día de fervor guadalupano y para muchos más, el día de arranque oficial del maratón “Lupe-Reyes”, época en la que desafortunadamente se ha normalizado como parte de las festividades, el abuso y exceso de comida, alcohol y drogas.
Aunque en este año como escribimos anteriormente el maratón comenzó de manera anticipada desde el 20 de noviembre en el Puente de la Revolución Mexicana y el inicio del Mundial de Fútbol, el ciclo que año con año abarca del 12 de diciembre al 6 de enero, es la temporada en la que sube el consumo de sustancias y comida, casi con permiso normalizado por las fiestas de la ocasión.
Bueno sería que las festividades decembrinas tuvieran saldo blanco aunque lamentablemente esta normalización del alto consumo de alcohol y otras drogas también la hace una temporada de riesgos de accidentes, riñas y otras consecuencias.
Adicionalmente, en estas festividades está comprobado que existe un incremento de casos con trastornos del estado anímico que incluye episodios de tristeza prolongada, rasgos de depresión o ansiedad, bipolaridad o neurosis en aquellas personas que, lejos de tener motivos para celebrar, tienen detonadores varios para desear que estas fechas pasen rápido.
Por todo ello y muchas razones más, es importante hacer consciencia de que es un mes en que los buenos deseos de armonía, paz, amor y bienestar, en algunas ocasiones son opacados por tragedias familiares de diversas índoles.
Sin pretender ser aguafiestas, como siempre apuntamos en esta temporada, hacemos una invitación a cuidarnos a nosotros mismos y a los demás procurando más prudencia y consciencia que en otros momentos del calendario.
Estudios indican también que las mujeres que muestran estados de tristeza son más propensas a incrementar su consumo o a tener alguna recaída en caso de estar en rehabilitación, mientras que para los hombres, la euforia es un factor de riesgo, aspectos que deben ser considerados antes de tomar la decisión de servirse un trago o usar alguna droga.
Un dato adicional que nos refleja esta realidad es que, comúnmente cada enero sube la llegada de nuevos miembros a los centros de rehabilitación, consultorios y grupos de 12 pasos.
Igualmente, muchos consultantes o miembros de algún grupo anónimo de recuperación, eligen diciembre para “suspender” su programa de rehabilitación y por consiguiente suben las posibilidades de recaídas.
Dicho lo anterior, mejor elevemos nuestra vibración para que podamos disfrutar en paz y en armonía como cada quien elija y de acuerdo a las creencias que cada quien tenga, pensando en cerrar con broche de oro este 2022 con todo lo que nos ha traído.
¡Arrancan! Tengan todos felices celebraciones.
Por Omar Cervantes Rodríguez