Cultura

Work in Progress

  • Fuera de Registro
  • Work in Progress
  • Nicolás Alvarado

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Además de escribir, tengo una pequeña empresa de comunicación, de la que proviene la mayor parte de mi ingreso. No el año pasado —el de la pandemia pletórica—, que fue el peor en los 14 años que llevamos de existir, pero sí —y por fortuna— otra vez éste. Lo más asombroso: tengo un par de clientes nuevos.

Si me asombra es porque no los conozco. Es decir que he tenido con ellos Zooms, llamadas telefónicas, comunicación por WhatsApp, pero nunca hemos compartido el mismo espacio físico. Me piden cosas, las hago, me pagan. Con alguno la relación ha progresado hasta la cordialidad, el humor, el comentario personal. Pero, por conocerlos —al menos como antes se entendía conocer a alguien—, no los conozco.

En los últimos meses he desarrollado también a distancia nuevas relaciones de colaboración. Valoro especialmente dos: la que sostengo con una colega de proyecto con la que he coincidido en persona exactamente tres veces, y la que llevo con otra compañera cuyo jefe soy sin haber estado jamás siquiera en la misma ciudad. Con ellas me une ese afecto sincero y ligero que nos liga a los compañeros de oficina dilectos: hay cariño, apartes (para hablar mal del resto del equipo, claro), momentos para el intercambio personal. Suponen, pues, pláticas sobre parejas, perros, gatos, política, conocidos comunes, incluso sentimientos… pero no un espacio físico compartido. En la vieja normalidad, las habría llamado amigas del trabajo. ¿Puedo hacerlo ahora?

Ya antes del covid19 trabajaba yo desde casa. A la luz de la experiencia del último año, no veo razón para dejar de hacerlo. Me lo permiten mi giro y mi talante pero también mi edad: la vida profesional ya me dio sentido de pertenencia, amigos, una compañera de trabajo que, entre junta y junta, se volvió hace 24 años mi compañera de vida. ¿Podría decir lo mismo si fuera soltero? ¿Si tuviera 26 y no 46?

¿Necesitamos oficinas todavía? La pregunta no es económica —muchos estudios de productividad realizados durante la pandemia apuntan a que no—sino cultural. ¿Volveremos a las oficinas? ¿Quiénes? ¿Cómo?

He ahí un pendiente laboral que no hemos acabado de desahogar.

IG: @nicolasalvaradolector

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.