Fue por 1998 una vez que nevó en León y todos lo celebrabamos por que era algo muy extraño de ver en nuestra ciudad, cuando producto de esa nevada se secaron todas las plantas y los jardines. Mis hermanos y yo llegamos a la granja de mi abuelito en el canal 10 y lo primero que nos puso a hacer fue a repartir tapas de refresco con agua y azúcar por toda su granja. Mi abuelo, amante de todos los seres vivos estaba preocupado por las abejas que no iban a tener qué comer con todas las plantas marchitadas. Ese día sentí lo que era salvar a alguien más con una pequeña acción que para las abejas representó vivir o morir. Y es que los animalitos nos deberían de ver a los humanos como aliados, facilitadores, cuidadores, todos tenemos el mismo derecho a estar aquí, desde las pequeñas hormigas hasta los enormes elefantes. ¿En qué momento y quién nos hizo creer lo contrario?
Y es que ayer fui a correr al Parque Metropolitano y encontré un halcón parado en una banca, mi primer reacción fue contemplar su belleza y acto seguido sacarle foto, después al ver que no se asustaba y que me volteaba a ver insistentemente pensé que quizás estaba pidiendo ayuda, hacía mucho calor, otra señora que estaba me dijo que lo veía débil y ahí me decidí a tomar prestado un bote de un negocio que estaba ahí y ponerle agua, le acerque el agua al halcón lo más que pude, dudosa de que él entendiera que le había puesto agua, pero cuando menos me acordé el halcón ya estaba tomando agua de ese recipiente. Nos pidió ayuda, supimos escuchar sus gritos silenciosos y por primera vez en mi vida me pude comunicar con un halcón. Qué alegría saber que los humanos no somos tan malos, que pueden contar con nosotros, que no queremos hacerles daño. La señora desconocida y yo nos abrazamos al ver esa fantástica escena de unión entre dos especies totalmente distintas que cohabitamos este planeta. Y es que así debería de ser, si todos nos ayudáramos qué diferente sería, así nos reconocieramos como iguales independientemente de la especie, género, raza, condición... Debería haber una única nacionalidad en el mundo: Terráquea.
En fin, por favor recuerden este escrito y cuando sientan mucho calor pongan agua en sus patios, ventanas, lleven garrafones en el carro también para las personas que andan en las calles, gorros, de una u otra forma podemos ayudar y salvar no solo personas o animalitos, sino también dar esperanza a los espíritus rotos que creen que están solos en este mundo.
Una pequeña acción de bondad siempre hará toda la diferencia.
