Llegó a mí como en un tsunami, derrumbándome y arrastrándome por el lodo, a mí, la pureza encarnada, de que todas las mujeres somos putas.
Nos vendemos al sistema, para criar, trabajar, casarnos y seguir siendo útiles, por poco menos que sueños de amor romántico que no existen, y si lo hacen, no llegan.
Somos las putas del amor que se entregan gratis en sus camas de casadas, por poco o nada de placer auténtico, pero a cambio de la lustrosa moneda de la respetabilidad.
Y ésa, ésa la cobramos como propina, porque el verdadero pago es la ilusión de ser amadas para ser cuidadas, a cambio de prostituir nuestra autonomía, nuestros sueños y nuestro trabajo.
Las mujeres en masa hemos sido engañadas con esos grandes vestidos, esas prístinas flores, esos ecos en las iglesias para que regalemos sin chistar, nuestro trabajo creativo, de cuidado, de limpieza, de compañía, de transporte, de amores y de placer.
No somos mujeres libres que puedan disfrutar del placer por el placer, somos mujeres putas que cobramos por brindarlo, jamás por recibirlo, y la moneda de cambio es ya bastante poco lustrosa, ya no impresiona, ya no representa las puertas doradas que antes veíamos, las mujeres ahora estamos ansiosas de libertad.
¿Hay libertad en el acto de prostituir el cuerpo y las ideas, los cuidados, los sueños y el sexo? Mi respuesta es NO.
Pero, ¿la hay en todas esas mujeres que se prostituyen a cambio de dinero? Aquellas, las no respetables, las otras, las despreciables, las pobrecitas, ¿las que se abrieron el onlyfans o se venden en páginas porno?
No hay liberación posible del sistema, eso lo tengo claro, lo más que podemos hacer es plantarle cara, ¿Cómo? Yo sugeriría empezar a cobrar por los cuidados, el aseo y el sexo, incluso ¿nos pagarían?
Claro, pero solo si dejamos de ser lo que ellos quieren que seamos. Tendríamos que ser de ésas otras, un papel no puede mezclarse con el otro.
La dignidad, el honor y la respetabilidad son palabras usadas en este debate tan antiguo, pero yo les pregunto a ustedes mujeres, ¿cambiarían sus relaciones sexuales brutales, secas, sin cuidado y con un amor prometido más no demostrado, por experiencias transaccionales a sabiendas, con los cuidados adecuados de parte de la prestadora del servicio y los candados pertinentes al consumidor?
Estamos siendo consumidas, gratis, habría que replantearnos otras opciones dentro de este esquema de las cosas que no puede cambiarse y nos tiene con correa al cuello.
Si me van a consumir, mejor que me paguen por ello.
