Sociedad

Tinder para mamás

  • Criando Consciencia
  • Tinder para mamás
  • Nadja Alicia Milena Ramírez Muñoz

Cuando era niña mi papá no dejaba que mi mamá se me acercara. 

A mí me decía que mi mamá era enojona y que él me quería más.

Recuerdo con incomodidad los momentos en los que me sentaba con él durante largos periodos de tiempo a abrazarlo, besarlo y decirle que lo amaba, mientras mi madre observaba, lejos, en segundo plano.

¿Por qué les cuento esto?

La opinión más impopular que tengo sobre la vida y algo que en realidad no me concierne porque no me encuentro en esa posición es que la frase “rehacer su vida” la aplicamos en las mujeres como la posibilidad de tener otra pareja sentimental. 

Otro hombre que te quiera y acompañe. 

Que las mujeres tenemos derecho a rehacer nuestra vida, coincido, ¿pero porqué eso implica meter a otro depredador a nuestras camas y a los espacios compartidos con nuestros hijos?

Un hombre siempre va a ser un riesgo. Una mujer siempre un objetivo. 

Vivimos EN ESE tipo de mundo, en el que TINDER es solo una vitrina donde las “madres solteras” son fetichizadas y objetos de consumo.

¿Cómo podemos dejar de pensar que la vida rehecha debe ser a fuerza con un compañero masculino? 

¿Cuándo dejaremos de medir la plenitud de nuestra existencia en base a su presencia y su cariño?

Después de años de terapia elegí dejar de necesitar el cariño del varón. 

Acepté ante mí misma que tengo un cierto fetiche en ser infantilizada y cuidada porque no lo fui correctamente de pequeña, y, racionalizándolo he dejado de ser dependiente emocional de mi pareja.

No todas tenemos el privilegio de la terapia. 

Soy consciente también que la soledad esta pesada y que la heterosexualidad como sistema político impuesto no es un análisis sencillo ni universal, pero, ¿Por qué llenarnos de ellos cuando podemos llenarnos de ellas? ¿De nosotras mismas?

Las amigas, las vecinas, las madres y compañeras de trabajo que nos sostienen, que comparten la crianza con nosotras, que nos han dado trabajo y clientas, ellas son o deberían ser un consuelo no solo adecuado, sino suficiente. 

Con ellas deberíamos rehacer nuestras vidas, tejiendo redes, tejiendo amores, tejiendo recuerdos y luchas.

¿Por qué nos sentimos tan solas si no tenemos un bato a un lado? Se ha comprobado que la mujer sin bato trabaja menos en el hogar, se ha demostrado que se expone menos a la violencia creativa y variada de su género. 

Se ha vivenciado que criar a nuestros hijos solas no supone más carga que la que nos dejan estos hombres cuando estamos en pareja con ellos.

Ojalá llegue el momento en el que sintamos como colectivo femenino que rehacer la vida no funciona orbitando en torno a los varones, que tenemos la vida hecha en base a las decisiones que tomamos, que la plenitud de la vida no depende o no debería depender de la presencia de un hombre en nuestras vidas. 

Y que para todo lo demás, tenemos acceso a juguetes sexuales, relaciones libres que no condicionen nuestro tiempo y cuerpo a la esclavitud emocional de una relación heterosexual y la consciencia de la autonomía femenina.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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