De tanto inhalar el fuego que arde desde adentro, conteniéndolo, guardándolo, ocultándolo, la garganta duele, los pulmones arden y se asfixian, los ojos se cierran.
La muerte se expande cuando te ahogas en tu propio fuego.
El miedo a las hogueras mantuvo a las abuelas en sus iglesias, esperando.
En grupos de alimentos comunitarios, costura, medicina, las mujeres sobrevivieron y mantuvieron su aquelarre, disfrazado de fe, escondido entre el quehacer colectivo.
¿Qué es una bruja sino una sobreviviente?
Aquella que aprendió a caminar descalza sobre cristales, a respirar cenizas de fuegos de hogueras injustas y seguir viva, vibrante, expectante.
¿Qué es una bruja sino La Justicia?
Que reparte a manos llenas en forma de legumbres, cataplasma y hierbas, para el enfermo, el pobre, la no deseante. Que muestra el mundo a quienes tienen ojos para querer ver.
¿Qué es una bruja sino la protección de cientos de almas, de Diosas, de estrellas?
Hecha cuerpo, hecha sueño, para la que ni siquiera tiene que hacer NADA, porque las guardianas saben en qué momento lanzar advertencias en los sueños malintencionados de los enemigos.
¿Qué es una bruja sino tierra?
Con raíces firmes, y la psicodelia de las infinitas posibilidades, lo eterno, lo lógico, lo crecido. Conectada al suelo, firme, fuerte, entera, rica y nutricia
¿Qué es una bruja sino agua?
Que fluye, que avanza, que no se estanca, que oxigena, que potencialmente inicia el TODO, con un suspiro de ondina acuoso que levanta mares y acompaña tormentas.
¿Qué es una bruja sino viento?
Que acaricia, que acelera, que habla, que ruge, que crea estruendos y levanta las cargas más imposibles. El suspiro que danza con los cabellos cargados de sueños ondeando al cielo.
¿Qué es una bruja sino fuego?
Una manifestación de poder incontenible, inclemente, que arrasa con ira todo lo que debió destruirse un día. Qué es, sino la capacidad de renacer de las cenizas del dolor, la muerte y el credo, una vez y otra.
¿Qué es una bruja sino la mujer que vive, la que sobrevive, la que apenas vive, pero se sobrepone al hambre, la tristeza, la violencia, el trauma, la ira, la indiferencia, la injusticia, el alma rota, el miedo y sigue adelante, con los pies al suelo, buscando donde enraizarse, el pelo al viento, el vientre al agua, fluyendo y el corazón en llamas?
¿Que nos ahoga el fuego?
Entonces libéralo.
Hoy que Las Hogueras se encienden, hermana, acércate, vomita todo: la sangre, la fuerza, el duelo.
Que arda.
Mira qué bonito fluye entre tus piernas el alma, la sangre, la lluvia, el trueno, las hierbas.
Mira como siembras y como quemas, mira como se lo lleva el agua y el viento, lejos. Te drena, te llena, te quema.
Y bailas y cantas y abrazas.
Saca a tus muertos, atiza las hogueras, salúdalos, agradéceles y regrésalos a tierra.
Después de las noches que crecen hoy, la muerte nos mirará de frente, como un ciclo para reconocer, recordar y devolver.
No tengas miedo, es solo un giro de rueda más.
