Sociedad

Escribo desde la rabia (como casi siempre)

  • Criando Consciencia
  • Escribo desde la rabia (como casi siempre)
  • Nadja Alicia Milena Ramírez Muñoz

Porque resuena en mi corazón el lamento de mis hermanas, aquellas que descubrieron una infidelidad mientras estaban lidiando con más de un duelo, aquellas que se vieron expuestas a enfermedades y violencia sexual y ahora deben “agarrar la dignidad” e irse sin nada mientras el otro queda libre de responsabilidades.

Infidelidad es violencia. Las mujeres somos las que siempre nos quedamos heridas, sin casa, con miedo, ilusiones rotas y la responsabilidad de seguir funcionando más allá de nuestras capacidades humanas.

Es entonces cuando las mujeres se convierten magia. Esa pura y cruda magia que es capaz de devastar la tierra con terremotos e inundaciones. La magia que hace que el aguacero no cese. 

La magia que yacía escondida en el lavadero, la alacena y la ropa por planchar.

No voy a tomar mi dignidad e irme: voy a desenterrar mis raíces y arrancarle mi corazón, el que le había regalado, con el que nutría el hogar cálido y la despensa llena. 

Me llevaré la magia que siempre alargaba la quincena y la alegría que sentía cuando, cargando más de dos hijos lo veía triunfar y yo me quedaba en stand by.

Me llevaré los sueños que creí que había sembrado, y los quebraré en mis dedos para crear nuevos. 

Tomaré las sonrisas de mis hijos que él jamás creó voluntariamente, (porque hacer lo que le dicen no es igual) y les explicaré porque el mundo se volteó de cabeza, haciendo que mi voz suene más alta que la tormenta, arrullando y protegiendo del miedo.

Será entonces que habremos de sembrar sonrisas nuevas.

Y luego, si en algún momento, en mi propia raíz, con mis hijos y la alacena llena, los sueños en tierra y en las manos, decido compartir mi tiempo y mi energía con alguien más, NO VOY A OFRENDAR EL CORAZÓN, ése se queda en su lugar bien puesto, y lo mío con el otro deberá ser como un contrato que no ponga de nuevo la salud física, mental y la libertad, al servicio, como garantía de que el otro será feliz y pleno, sin saber que pasará conmigo.

Me enrabia ver a mis hermanas sufriendo. Me enrabia saber que mi propia relación contractual siempre está en riesgo porque SON HOMBRES quienes no saben cuidar, crear y respetar el vínculo sagrado que el corazón en ofrenda ha creado. 

Beben sangre como renacuajos, violentos, brutales, se sacian como mosquitos amazónicos y se van. Yo ya no quiero, ya no ejerzo el amor así.

Lo mío es un contrato, un vínculo nutricio o nada. (Diría el hombre con el que vivo que qué fría me he vuelto), y sí, me sequé, marchita unos cuantos años, cuando aquél bebía de mi sangre, de mis flujos, de mis sueños y mis misterios y cuando se fue, me quede sin aliento, pero nuevamente escarbé en la raíz, encontré la podredumbre y la podé, me moví sola, al bosque, fuera de la maceta. 

Con los pies sangrantes, el vientre lleno y los niños en brazos, buscando un lugar para estar bajo las estrellas.

Y ahí crecí libre. No dejaré que la plaga que ustedes llaman amor me quite eso.

A mí no me hablen de amor. El amor es rabia, cuando me lo ofrecen así, como cadenas. La ida a la iglesia, las comidas calientes, la disponibilidad sexual. 

A mi dime cómo vas a nutrirme las raíces, acariciarme el pelo, honrar la magia y vemos.

No volveré a ofrendar anhelos al hombre. Nunca.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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