El asunto de los dimes y diretes entre el Presidente y la senadora Xóchitl Gálvez entró en un terreno pantanoso con derivas poco previsibles. La legisladora solicitó ante el INE medidas cautelares por comentarios públicos del Presidente que pudieran constituir violencia política en razón de género (VPMG).
Lo que reclama Xóchitl es difícil de explicar a la opinión pública. La VPMG es de reciente incorporación a nuestra legislación; y no porque antes de ello las conductas no existieran, sino que no estaban tipificadas como delito.
De forma muy sintética podemos decir que se trata de aquellas conductas que pueden ser perpetradas por particulares o entes públicos que tienen por objeto menoscabar los derechos políticos de una mujer. Se entiende que es por razones de género cuando se dirige a una mujer por ser mujer, tiene un impacto diferenciado en ella o le afecta desproporcionadamente.
Las medidas cautelares tendrían como finalidad impedir que las conductas sigan afectando hasta en tanto se defina si hay delito o no. En el caso que argumenta la senadora, se trata, esencialmente, de frenar la difusión de los dichos del Presidente que pudieran caer en estos supuestos. Sin embargo, en otros casos, cuando se presume que corre peligro la integridad física de la demandante pueden incluir protección por parte de elementos de seguridad.
A este terreno árido se le suma el que la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, facultada para conocer de estos asuntos, había negado las medidas cautelares toda vez que consideró que no se constituía el delito. Sin embargo, el Tribunal Electoral revoca esta decisión y los emplaza para que en 24 horas lo analicen en el entendido de que sí hay comentarios que atentan contra los derechos políticos de la legisladora por ser mujer.
Lo más grave, sin embargo, es que por el poco conocimiento que existe sobre todo lo descrito, el activar una denuncia de este tipo puede revertirse contra las potenciales víctimas, ya que la lectura social generalizada es que quien decide participar en política debe aceptar la violencia normalizada en dicho medio. Así que podría ocurrir que ganando pierda. Paradojas de ser mujer política.