Sociedad

La educación es la vacuna contra la ignorancia y la violencia

Somos espectadores de cómo una pandemia y sus consecuencias han cambiado las reglas de la vida cotidiana en el mundo.

Más de 2.7 millones de muertes por Covid-19 a nivel global son un factor contundente que aceleró el proceso para crear en tiempo real una vacuna para detener los efectos de dicha enfermedad, que puede llegar a ser letal.

Los gobiernos de 162 naciones, incluyendo México, están tratando de agilizar los procesos de vacunación. Actualmente se han administrado más de 455 millones de dosis de acuerdo con la AFP.

Trabajar a contrarreloj no ha sido fácil ante la demanda social de una respuesta en breve para poder enfrentar no solo los problemas epidemiológicos, sino también los económicos y sociales, porque la gente ya no quiere estar encerrada.

“A menos que pongamos fin a la pandemia lo más pronto posible, ésta nos puede mantener secuestrados los años por venir”, dijo Tedros Adhanom, director general de la OMS.

A ningún país le conviene quedarse atrapado en una pandemia, por esto se ha trabajado para mejorar los sistemas de fabricación y administración de las vacunas.

En este escenario abrumador, hay una variable incómoda que debe ser tomada en cuenta en la ecuación: el porcentaje de la población que se niega a ser vacunada.

Numerosos factores han obstaculizado el desempeño para aplicar la valiosa vacuna entre aquellos que creen en las teorías de conspiración, miedo a posibles secuelas, cambios en el ADN, uso de químicos peligrosos y una falsa seguridad (“a mí no me va a pasar nada”).

¿Qué hacer con el pensamiento mágico de millones de individuos?

En México, hay personas que se negarán a que se les aplique una o dos inyecciones en el brazo.

Al sur del territorio nacional existen comunidades indígenas que han expresado que no se vacunarán, sin importar el plan nacional de salud.

Los motivos por los que se niegan son varios, pero principalmente por la desconfianza que tienen hacia los gobiernos en general, además que prefieren su medicina tradicional para tratar las enfermedades.

En las ciudades, la situación no es diferente.

Hay quienes piensan que las vacunas son un experimento de prueba y error debido a la magnitud y urgencia del problema, por lo tanto, representan una amenaza a la salud.

Ante esta situación, ¿cómo puedes salvar a una población que esta presa de sus prejuicios y tabúes?

La pregunta más fuerte es cómo educar a la sociedad en temas de salud pública, cuando la desobediencia podría costar cara, porque el hecho de que millones de personas estén vacunadas es un gran avance, pero el grupo que se abstiene no está consciente de sus actos y de cómo expone a otros, para los cuales aún no hay vacunas y que pueden llevarnos a un escenario donde será más difícil erradicar la enfermedad.

La lucha social para garantizar la dosis de cada habitante de manera gratuita con el objetivo de lograr la inmunidad de rebaño ayudará a disminuir el número de contagios y protegerá a los grupos vulnerables como lo son los niños, las mujeres embarazadas y las personas con ciertas enfermedades.

Es vital que todos colaboremos para erradicar al virus y acabar con la transmisión, de esta manera las vacunas podrán hacer mejor su trabajo salvando vidas.

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Miriam Colín
  • Miriam Colín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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