En Cruz Azul saben que solo vale el título. Al interior del equipo han hablado de varios temas, por supuesto, uno de ellos, es lo mucho que se han tropezado en los últimos 23 años y lo difícil que ha sido levantar otro campeonato; ahora que están en semifinales, sus aficionados están ilusionados con la posibilidad de que este torneo sí sea el bueno.
El torneo ha sido extraordinario para el equipo. La fase regular la terminaron con 41 puntos, como líderes, una situación histórica para el club. Lo mejor es que La Máquina ha jugado bien, sabe mover sus fichas y contrario a lo que le ha sucedido en el pasado, en algunos partidos no se ha caído cuando va abajo en el marcador, ni se ha excedido en confianza por su paso. Este equipo es ecuánime en sus movimientos y es lo que llama la atención.
Quizá en eso centran sus esperanzas los millones de seguidores que han sufrido durante 23 años la falta de un título de Liga. Esas decepciones que los han acorralado y que muchas veces los han hecho pensar que no volverán a celebrar un campeonato, siguen latentes, no se olvidan, pero sí se tiñen un poco con el paso que hoy llevan.
Hay que destacar a los jugadores, que son producto de dos gestiones importantes del pasado, una de ellas, la de Ricardo Peláez como director deportivo, y la otra la de Jaime Ordiales. Ambos amalgamaron a los jugadores que hoy en día han dado buenos resultados.
Además de eso, sin duda la mano de Juan Reynoso no hay que olvidarla. Mucho se le criticó al inicio porque llegó sin la experiencia que exigía un club como Cruz Azul, pues en el balompié mexicano solo había dirigido al Puebla. Sin embargo, hasta el momento, hay poco qué reprocharle. Es verdad que algunos movimientos a últimas fechas han sorprendido, que no se espera ver a Jonathan Rodríguez en la banca, pero al final, ha sabido ajustar esos deslices y finiquitar los encuentros como sabe. Porque por más que se diga que los futbolistas son los que ejecutan, si no tienen la guía desde el banquillo, la situación no camina.
No hay duda de que con Reynoso no se equivocó la nueva administración, pero su prueba más fuerte viene ahora. Las semifinales en las que, este mismo equipo, cayó de la peor manera el torneo pasado ante Pumas, pues tras tener cuatro goles de ventaja en la ida, su vuelta fue una pesadilla.
Cruz Azul tiene la ventaja de que los equipos que lo han hecho sufrir o los que más invierten no están en esta instancia. América fue eliminado por Pachuca, Monterrey por Santos, Tigres también se quedó en el camino y Chivas tampoco consiguió superar el repechaje. Aunque tampoco debe confiarse, porque se mide a Pachuca, un equipo fuerte, inteligente, contundente, que puede destrozar esas ilusiones que han despertado.
Minelli Atayde