Los entrenadores son una pieza importante de todo el rompecabezas de un club. Aunque hoy, en Chivas, ese puesto no es el centro de atención ante la problemática que atraviesa el equipo en el Guardianes 2021, en el que está lejos de los primeros lugares, de esos sitios que le exige la jerarquía que tiene en el futbol mexicano –son décimo terceros con 12 puntos-, y eso es algo que no pasa desapercibido.
Los reflectores se han compartido entre los jugadores, el entrenador Víctor Manuel Vucetich y Ricardo Peláez, director deportivo. Quizá este último con mayor peso, porque al final, él fue el artífice de este proyecto. Hay que recordar que Peláez contrató a varios jugadores, elementos que brillaban en ese momento, y que aunque no estaban consolidados, no resultaron baratos para la directiva. Se hizo una inversión de casi 40 millones de dólares, en elementos como Cristian Calderón, Jesús Ángulo, Alexis Peña, Uriel Antuna y Alexis Vega, quienes apuntaban a ser los mejores en su posición.
Nadie duda de la inteligencia de Peláez en el negocio, al contrario, es un directivo que ha dado resultados, que se entrega a su trabajo y se desvive por dar buenas cuentas.
En Chivas se hizo una apuesta importante para que esos jugadores se consolidaran en un equipo grande. Lamentablemente, varios no lo han logrado. Calderón dio chispazos y se apagó. Incluso, llegó a ser considerado en Selección Mexicana como un prospecto importante; Peña tuvo problemas de indisciplina y hoy no está más en el equipo.
En fin, situaciones de las que tampoco Peláez puede responder al cien por ciento. El proyecto de Ricardo seguirá en pie, tiene material para fortalecerlo, desde el técnico hasta jugadores, solo falta ajustar detalles, que el directivo ubicará.