El atentado ocurrido el domingo pasado en el municipio de Salamanca viene a sentar un precedente no solo en el estado de Guanajuato sino también a nivel nacional por la sofisticación con la que ocurrió el hecho, pues no se trata de un evento improvisado sino más bien de uno con una preparación que habla de un trabajo de profesionales.
En hechos recientes de violencia en los que se ha comprobado que extorsionadores atacan a sus víctimas ante la renuencia al pago de piso como ellos denominan a la supuesta protección que brindan que no significa nada más que evitar ser víctimas de los propios extorsionadores, hemos sido testigos de ataques arteros a balazos a quienes se niegan al pago solicitado con los resultados nefastos que se han documentado en múltiples ocasiones.
Pero esta vez se trató de toda una preparación previa con la finalidad de dar con el objetivo claro que en esta ocasión parece ser eran dueños y empleados de mayor confianza de éstos del restaurante.
Es simplemente imaginar el tiempo que tuvieron para primero definir cómo sería entregado el paquete, el momento en que debía de hacerse y además el tipo de explosivo que se utilizaría para llevar a cabo su cometido.
Además del mecanismo complejo que debió utilizarse para que el artefacto explosivo detonara en el momento exacto, causando el mayor daño posible dejando en claro el mensaje para quienes se nieguen a caer en las garras de los extorsionadores.
Es cierto que la línea de investigación hasta el día de ayer no era clara para las autoridades sin embargo según personas allegadas a las víctimas había antecedentes de haberles solicitado un pago mensual de 50 mil pesos, la pregunta es cuántos negocios más estarían en la mira de estas personas que siguen operando con toda impunidad.Es un acto que lleva la violencia al límite de la imaginación y sin duda deberán pronto caer los responsables lejos de discursos de disminución de la violencia, queda claro que los delincuentes no están dispuestos a ceder y que debe hacerse algo más allá de pedirles que “se porten bien”
Miguel Ángel Puértolas
