“Escribir es la manera más profunda de leer la vida”, es una frase del poeta Francisco Umbral, que cuando leí por primera vez me dejó reflexionando todo el día y me llevó a fijarme una meta: intentar reescribir la historia de mis antepasados, los Serdán, en libro que brindarán contexto familiar de un hecho histórico.
Ingeniero civil de profesión, hoy dedicado al sector agroalimentario. Tuve una infancia bastante común, quizá con un mayor grado de curiosidad; misma que me condujo cuando aún era niño a “descubrir” algo que me persiguió durante muchos años y me hacía recordar que tenía algo que hacer. Justo como cuando uno trae cargando un pendiente que no saca y que le hace no estar tranquilo.
Recuerdo algo que a la edad de 5 o 6 años robó mi atención y fue el ver el nombre y apellido de mi hermana, incluso el mío propio en las calles, avenidas y escuelas de Puebla. No pude contener la duda de saber si eso era normal, una simple casualidad o había algo más allá.
Cuestioné a mi madre, quien dejó a mi abuela esa tarea. Es así que me fue revelado el “secreto” de la familia y con él surgió en mí el gusto por la historia de nuestro país y, sobre todo, de mis antepasados.
A esa corta edad descubrí que mi bisabuelo, Aquiles Serdán Alatriste, había sido un hombre con gran ímpetu y amor por la patria, lo cual lo llevó a comprometerse con una causa y dar su vida por un anhelo de libertad y de justicia.
Sin duda fue algo especial, por lo que me pregunté a mí mismo qué podía hacer con ese legado y, en ese momento, no pude darme una respuesta. Más tarde me la brindaría mi abuela Isabel, quien había dedicado muchas horas a entrevistar a mi tía bisabuela Carmen Serdán y a generar material que me dijo “le gustaría se diera a conocer a la gente”. Sin embargo, el tiempo pasa, surgen las ocupaciones y parece que las horas no alcanzan.
Todo se clarificó en uno de los momentos más complicados para el planeta y para mí mismo: la pandemia, ya que al ver comprometida mi salud, reflexionar sobre la responsabilidad que tenía en hombros de rescatar el legado que dejó la familia Serdán.
Fueron semanas que después se convirtieron en meses e incluso años, pero poco a poco la encomienda fue cumplida. Es así que el año pasado, en el marco del 112 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana en Puebla y del asesinato de mi bisabuelo Aquiles, presenté “Ser Hecho en México”.
Más allá de tratar de ser una obra histórica sobre uno de los hechos que más ha marcado nuestra historia nacional, pretende ser la propuesta de una lectura entre líneas de lo que significa este suceso en nuestras vidas y sea el lector quien reconozca su historia como mexicano.
Amables lectores es justo por ello que me siento muy agradecido que se me haya abierto este espacio en MILENIO, ya que en él intentaré compartir con ustedes, semana a semana, anécdotas y perspectivas particulares de la vida que me permitan permear en su mente y corazón el sentido de lo que significa Ser Hecho en México.
