Política

Víctimas y arrogantes

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Una dosis de humildad y vergüenza son útiles para gobernar. Si bien son cualidades políticas donde la discreción es natural, su antípoda arrogante jamás debe ser tan espantosamente pública como ocurre entre nosotros.

Nadie debería morir por el solo hecho de habitar una ciudad. Por subirse a un vagón de metro. En la capital del país se perdió una aspiración republicana. El transporte público debe ser un homogeneizador de la sociedad, pero éste mata distinto.

Frente a la tragedia, la jefa de Gobierno de la capital se pronuncia con su habitual arrogancia. Aprendizaje de las vecindades con Palacio. Cree que su palabra es suficiente para evitar profundidad. Desdeña contrarrestar la información pública donde la reducción al presupuesto del metro y su posible relación con eso tan cobardemente llamado incidentes, es incompatible con su afirmación en sentido opuesto.

En la banalización del ejercicio de gobierno, quien quiere ser presidenta desprecia los números consignados desde el periodismo; actúa como si la voz del personaje político, cualquiera, fuese susceptible a merecer confianza sin prueba de por medio.

Así se han comportado también los suyos, Fadlalas, Merinos, Craviotos.

Para aquellos impulsados por el espíritu sectario, la negación a la responsabilidad política es un costo pagable para proteger a toda costa la insignia identitaria. El acto vale bien pasar por alto la exigencia de escrutinio.

En miras a las elecciones federales va ganando una estructura mental, tan lejana al pensamiento, a la crítica y a la responsabilidad, para la cual el cinismo llama uso político al reclamo legítimo y a la indignación. Justamente es la lectura en código político de las tragedias, más si son habituales, la única vía de asumir y modificar lo aberrante. Es el sujeto de la indignación el que debería contar con la atención de un gobierno antes que el sentido de protección a sí mismo.

La victimización desde el poder no es más que un síntoma de quienes se decantaron por la percepción relativa de la realidad como tótem, no sólo del quehacer administrativo y político, sino como forma de vida.

Víctimas y arrogantes, hijos del sistema endogámico capitalino o de la ineptocracia. Sus defensores.

Maruan Soto Antaki
@_Maruan

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Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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