
Si crees que el Yoga en silla es sólo para personas mayores o con limitaciones de movimiento, te equivocas; este tipo de yoga es de enorme utilidad para la mayoría de las mujeres y hombres de las grandes ciudades, cuyas vidas transcurren principalmente, justo, sobre una silla.
Lógicamente el Yoga en silla se practica normalmente sentados, pero también de pie, y tiene como propósito “ayudar a mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento”, así como corregir la alineación y aprender a estar de pie, y sentados, de manera correcta, con una demanda física mucho menor que la del yoga tradicional.
El apoyo de la silla permite construir las posturas con mucho mayor presencia y atención, que de otra manera en practicantes con poca fuerza, podría trasladarse a tratar de sostener el cuerpo. Este estilo de yoga también puede servir para practicantes avanzados que necesiten apaciguar su ego contorsionista.
Así que hoy te proponemos tres asanas que puedes hacer sobre una silla, que deberá ser robusta y estable. Y aunque la silla brinda soporte, la tensión muscular debe mantenerse en cada una de las posiciones:
Garudasana, El Águila
Inicia sentado con los pies apoyados en el suelo. Levanta la pierna derecha y coloca el tobillo derecho encima de la rodilla izquierda. Inhala mientras estiras los brazos a los lados, exhala y llévalos frente a ti. Cruza el brazo izquierdo sobre el derecho a la altura del codo. Dobla los codos y lleva las palmas de las manos para que se toquen. Mantén la posición 30 segundos cambia de lado.
Virabhadrasana I, El Guerrero I
Inicia también sentado, pero de lado. Toma con las manos ambos extremos del asiento. Aleja y estira la pierna izquierda hacia atrás, apoyando solo los dedos de los pies y metatarsos en el piso. Eleva el tronco hacia arriba, desde la alineación de la cadera que se encontrará con coxis hacia adentro. Puedes dejar las manos asiendo el asiento de la silla o puedes elevar los brazos para completar la postura. Mantenla 30 segundos y cambia de lado.
Utthita Parsvakonasana, el triángulo
Inicia sentado y flexiona el tronco hacia adelante llevando los dedos de la mano izquierda al piso. Si no alcanzas, puedes utilizar un bloque. Inhala, abre el pecho y gira el torso estirando el brazo derecho hacia el cielo. Tu mirada debe dirigirse hacia la punta de los dedos. Sostén durante cinco respiraciones y cambia de lado.