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¿Sabemos respirar?

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Pranayama o las técnicas de respiración consciente, es el cuarto brazo del yoga que junto con los Yamas o principios éticos externos, Niyamas los internos, Asanas o posturas, Pratyahara o el control de los sentidos, Dharana o la atención mental, Dhyana o la concentración y Samadhi o la absorción total de la mente, conforman la base física, mental y espiritual para llegar al conocimiento del alma.

Continuado con el tema, hay que recordar que prana significa energía vital y yama: expansión, dominio, control. Pranayama, significa entonces control y expansión de la energía vital que conduce al dominio de la mente y las emociones.

Para los yoguis el Pranayama es una ciencia que guarda “todos los secretos del Universo”. Se dice que cuando el yogui controla el prana o energía sutil cósmica en su ser, “trasciende el tiempo, el espacio y la materia”.

La realidad es que la mayoría respiramos con la parte superior del pecho, con el tórax, dejando el resto de los pulmones sin aire. Respiramos de un modo superficial, apenas expandiendo la caja torácica, inhalando poco oxígeno.

Respirar de forma completa utilizando al máximo la capacidad pulmonar pasa por una intención consciente. Para hacer la respiración completa también llamada respiración yóguica primero hay que vaciar los pulmones con una profunda exhalación, como explica el portal yoga-darshana.com.

Después hay que inhalar lenta y profundamente con el vientre, dejando entrar el aire en la zona baja de los pulmones a medida que desciende el diafragma y el abdomen se expande. “El vientre no debe hincharse como un balón, sino que debe ser una inspiración relajada, pero con control de la cintura abdominal. Cuando la parte baja de los pulmones esté llena de aire, dilatar las costillas, sin forzarlas, permitiendo entrar aún más aire en los pulmones”.

Finalmente levantar las clavículas, sin elevar los hombros, para hacer entrar aún un poco de aire y terminar así de llenar los pulmones. Durante toda la inspiración el aire debe entrar progresivamente, sin sacudidas, de manera continua. De inicio se practica primero en posición acostada boca arriba, colocando una mano encima del vientre y otra en el costado, debajo de la axila para sentir el aire en los pulmones, después se puede practicar sentado y sin la ayuda de las manos.

“La respiración lenta, profunda y rítmica provoca un estímulo reflejo del sistema nervioso parasimpático. Esto produce una reducción en los latidos del corazón y una relajación de los músculos. Como el estado de la mente y el cuerpo están estrechamente relacionados entre sí, estos dos factores producen a su vez un reflejo de relajación de la mente. Además, una mayor oxigenación del cerebro tiende a normalizar la función cerebral, reduciendo niveles excesivos de ansiedad”. 

(Con información de mimundoyoga.com, yoga-darshana.com y laurasantisteban.com)

[email protected]

@marien_camino7


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Marién Estrada
  • Marién Estrada
  • [email protected]
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Notivox Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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