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Rafa Nadal y la importancia que tiene el psoas ilíaco

ilustración: Moisés Butze
ilustración: Moisés Butze

La semana pasada Rafa Nadal, considerado uno de los mejores tenistas de la historia, informaba al mundo que estaba sufriendo una lesión grado 2 en el músculo psoas ilíaco de su pierna izquierda, lo cual habría provocado su derrota en el Abierto de Australia. Resulta que el psoas es el músculo que afecta “el equilibrio estructural, amplitud de movimiento, movilidad articular y funcionamiento de los órganos del abdomen”.

El psoas es el músculo más grande y fuerte de los llamados flexores de las caderas, el llamado “músculo del alma” es, además, un importante centro de energía del cuerpo. El psoas está integrado por dos segmentos: una parte larga media y una parte ancha lateral, el ilíaco, que puede contracturarse normalmente por una excesiva actividad deportiva o por pasar muchas horas sentados. Pero también está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo que se ve afectado tanto por la respiración, como por el miedo.

“El iliopsoas flexiona las caderas y rota el fémur. Es el único músculo que conecta la columna vertebral (las cinco vértebras lumbares) con las piernas, también es el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar… El acortamiento del psoas puede ocasionar dolor lumbar, pinzamientos, tensión en la fosa iliaca y en el muslo”.

Así que, bajo la supervisión de su fisioterapeuta, Rafa Nadal podría practicar ciertas posiciones de yoga que le ayudarían con su lesión. El iliopsoas se estira cuando los glúteos se contraen para extender las caderas, como sucede en las tres posturas que hoy proponemos y donde “el lado de la cadera que está conectado a la pierna de atrás está en extensión”, por lo tanto el iliopsoas se alarga.

Kapotasana, o la postura de la Paloma recta, es una flexión hacia atrás, conocida como la posición por excelencia “para abrir las caderas”, porque estira los músculos de la espalda, tríceps, glúteos, psoas y zona inguinal.

Por su parte, Anjaneyasana, la postura de la Luna Creciente, aporta también flexibilidad y apertura de cadera.

Finalmente Eka Pada Rajakapotasana, el nombre de la asana más cercana porque la posición de la Sirena no tiene denominación en sánscrito como tal, flexibiliza músculos rotadores y flexores de la cadera, alarga el psoas, abre el pecho y estira de manera intensa el cuadriceps.

Marién Estrada

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@marien_caminoa7


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Marién Estrada
  • Marién Estrada
  • [email protected]
  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Notivox Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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