Decir que una sustancia que produce el cuerpo puede ser perjudicial para la salud podría sonar extraño; ese es el caso del cortisol. De hecho, la llamada hormona del estrés “es una hormona esteroidea secretada por las glándulas suprarrenales, igual que la adrenalina, que interviene en el metabolismo de hidratos de carbono, proteínas y grasas que se libera en situaciones de alerta estimulando la síntesis de glucosa y también reduciendo el consumo de la misma en las células”.
En condiciones normales, el cortisol tiene funciones importantes como la regulación de los niveles de inflamación en el cuerpo, el control de la presión sanguínea y el ciclo de sueño y vigilia, el equilibrio de sal y agua, además de que contribuye en los procesos de memoria y concentración.
¿Cuál es el problema entonces? La activación permanente del sistema simpático encargado de regular y activar los reflejos y reacciones ante estímulos emocionales como puede ser cualquier situación de estrés, sean leves o intensos, abre el camino a un desequilibrio crónico.
De manera que “de sentirnos muy activos y preparados para la acción, esta alerta constante se transformará en cansancio y ansiedad causando también deterioro del sistema inmunológico, acumulación de grasa corporal en ciertos lugares críticos del cuerpo como la cintura, problemas digestivos, falta de concentración y memoria, y una mayor exposición a las toxinas por el daño a la mucosa intestinal”. Si los niveles de cortisol se mantienen altos se genera un ambiente inflamatorio que puede afectar a todos los sistemas del organismo.
En este sentido, el Yoga estimula el otro sistema, el parasimpático, que facilita la relajación y ayuda a recuperar el equilibrio en la vida diaria. Cuando el sistema nervioso parasimpático domina el cuerpo, se reducen el ritmo cardiaco y la presión arterial y se incrementa el flujo sanguíneo a los órganos internos. Para ello tres asanas resultan altamente efectivas:
1. Savasana o la postura del Muerto. Relaja al cuerpo por completo, disminuye la presión arterial y calma el sistema nervioso.
2. Setu Bandha Sarvangasana o el Puente. Ayuda a estirar la espalda y piernas mientras reduce el estrés y la tensión nerviosa.
3. Balasana o la postura del Niño. Es una asana de descanso que ayuda a calmar la mente, aliviar el estrés y ansiedad, además de que fortalece el sistema inmune.
(Con información de repositorio.uchile.cl, yogaenmandiram.com y xanopilates.com)
@marien_caminoa7