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Astavakrasana o la postura de los ocho ángulos

Astavakrasana es una postura dedicada al sabio Ashtavakra. La palabra proviene del sánscrito Ashta significa ocho y vakra, curvatura o deformidad.

Según relata el Mahabharata, una de las Epopeyas clásicas de la India, el sabio Ashtavakra estando en el vientre de su madre, escuchó a su padre, Kagola, confundirse en ocho ocasiones al recitar las sagradas escrituras. Astavakra al escucharlo, aun sin nacer se rio. El padre enfurecido maldijo a su hijo a nacer como Astavakra, es decir, encorvado en ocho partes del cuerpo; en ambos pies, ambas rodillas, ambas manos, el pecho y la cabeza.

Años después, el padre del sabio fue derrotado en un debate filosófico por Vandi, el erudito de la corte. Siendo aún niño, el sabio Astavakra era ya un gran erudito y vengó la derrota de su padre venciendo a Vandi con inteligentes argumentos. Su padre entonces le bendijo, con lo que desapareció su deformidad y pudo erguirse.

Esta asana tiene un grado de dificultad avanzado y “metafóricamente representa el poder de levantarse del suelo pese a las deformidades, las penas o las limitaciones físicas o mentales que pensamos nos definen inexorablemente”.

Como explica el portal yogainmadrid.com, en todas las posturas, hay un componente mental y otro físico: “Las posturas más exigentes, más allá del cuerpo, te obligan a enfrentarte a tus miedos, tus complejos, tus limitaciones reales o ficticias, y una vez que las superas, te das cuenta de que lo mismo ocurre en la vida”.

Astavakrasana es una postura avanzada y compleja; el trabajo fuerte está en las muñecas, brazos, hombros, en el abdomen y en la flexibilidad y fuerza de las piernas; sobre todo, requiere de una gran concentración para mantener el equilibrio.

Entre sus beneficios, fortalece las muñecas y los brazos. Tonifica los músculos abdominales lo que mejora la digestión. Alivia el cuerpo de estrés y ansiedad. Trastornos menstruales y síntomas de la menopausia son apaciguados. El reto que supone la posición ayuda a que el cuerpo y la mente construyan una gran conexión.

Para armar la postura, siéntate en Dandasana o la postura del Bastón, toma tu pierna derecha y pásala por detrás del hombro. Cruza el tobillo izquierdo sobre el derecho, Apoya las manos en el suelo y eleva los hombros. Presiona el brazo con las dos piernas creando energía muscular para elevar la cadera. Para salir vuelve a apoyar las caderas en el suelo y estira los brazos. Repite del otro lado.

(Con información de yogainmadrid.wordpress.com, patriciasanaguyoga.com y es.hair-action.com)


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@marien_caminoa7

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Marién Estrada
  • Marién Estrada
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  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Notivox Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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