Aunque el maestro BKS Iyengar, creador del método que lleva su nombre, sabía que para que el prana circule de manera adecuada en el cuerpo y se permita la relajación de músculos y órganos, la alineación de las asanas debe ser precisa, lo cierto es que no todos tenemos la misma flexibilidad y sabiduría corporal para armar las posturas correctamente.
Esto se va logrando poco a poco, ya sea con la ayuda de apoyos o con modificaciones de las asanas. Pero mientras se logra la alineación deseada, una práctica modificada sigue siendo yoga. Como decía el Maestro T. Krishnamachary, “no es la persona la que debe adaptarse al yoga, sino el yoga es el que debe ajustarse de forma correcta a la persona”.
Así que aquí te presentamos variaciones a tres de las posturas básicas. La primera es Adho Mukha Svanasana o el Perro mirando abajo. En esta postura lo importante es que la espalda se alargue aunque en un inicio no podamos estirar las piernas ni bajar los talones al suelo. Para esto se deben flexionar las rodillas o levantar los talones y dirigir el pecho hacia el comienzo de los muslos, mientras se presionan las manos completa y firmemente contra el suelo para jalar las caderas hacia arriba y hacia atrás.
En el caso de Chaturanga Dandasana, la postura del Bastón sobre cuatro puntos, la parte más crítica y delicada son los hombros: “Es muy fácil dejarse caer en los hombros cuando no se tiene la fuerza necesaria, forzando así la articulación e incluso dañándola a largo plazo”. Para mantener Chaturanga correctamente se requiere mucha fuerza en brazos, espalda, core y piernas, por lo que esta modificación ayuda a armarla: Desde la plancha, sin variar la posición general del cuerpo, apoyamos las rodillas en el mat. Después, flexionando los codos que van pegados al cuerpo, bajamos el pecho hasta que toque el piso y, por último, apoyamos la barbilla.
Finalmente Uttanasana, la postura de la Pinza de pie, es normal que cueste mucho al principio por “el acortamiento de los isquiotibiales”. Hay que tener en cuenta que lo mas importante es estirar la espalda y después las piernas, por lo que podemos modificarla flexionando el tronco hacia adelante con los pies juntos, la espalda recta, las rodillas flexionadas y las manos a los lados de los pies.
(Con información de relajemos.com, yoguiprincipiante.com y lucialiencres.com)
Marién Estrada
@marien_caminoa7