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Activa energía y creatividad

ILUSTRACIÓN: MOISÉS BUTZE
ILUSTRACIÓN: MOISÉS BUTZE

El de la energía es un tema que abordan prácticamente todas las disciplinas relacionadas con la salud, desde la nutrición, la psicología, la medicina en sus múltiples especialidades, y desde luego las actividades de ejercicio corporal. Para la física, la energía “es la capacidad que tiene un sistema para realizar un trabajo”; sin embargo, para el Yoga, la energía o prana, es mucho más que eso.

Prana, en sánscrito, significa fuerza o energía vital, pero la palabra tiene numerosos significados que van “desde la respiración física, hasta la energía de la conciencia misma”.

Como explica yogainternational.com, “el prana no es solo la fuerza vital básica, es el poder creativo original. Es la forma maestra de todas las energías que trabajan en cada esfera de nuestro ser. De hecho, el universo entero es una manifestación de prana”.

Lo cierto es que a nivel puramente físico, el prana fundamentalmente proviene del aire, y en especifico del oxígeno que respiramos, aunque también hay prana en los alimentos, en la luz del sol y en el sentido del tacto.

De acuerdo a la Fundación Indra-Devi, los Rishis o sabios de la tradición védica, proclamaban que el prana puede ser acumulado en el sistema nervioso, más específicamente en el plexo solar o chakra del ombligo. Para ellos, a través del yoga “es posible dirigir a voluntad la corriente de prana mediante el pensamiento. Es decir que la práctica de yoga proporciona un acceso consciente y voluntario a las fuentes mismas de la vida, y permite equilibrarlas para mantenernos sanos”.

Así que para alimentar la energía que nutre tanto nuestro cuerpo como nuestra mente y nuestra conciencia, te proponemos tres asanas, empezando por Anjaneyasana, la postura de la Luna Creciente. Por ser una posición de extensión, libera la rigidez corporal, abre el pecho y trabaja diferentes músculos del cuerpo permitiendo que circule la energía

Otra postura que potencializa la energía es Bhujangasana, la Cobra, la cual provoca una fusión, en todos los niveles, con la manifestación de la energía Kundalini o energía cósmica que yace dormida en nuestro cuerpo a nivel del coxis.

Finalmente, Virabhadrasana, la postura del Guerrero I, activa el tercer y cuarto chakras, Manipura y Anahata, expandiendo y transformando la energía en valor, fuerza de voluntad y apertura de corazón.

Marién Estrada

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@marien_caminoa7

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Marién Estrada
  • Marién Estrada
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  • Periodista egresada de la Universidad Iberoamericana, especializada en temas de cine y conciencia. Desde 2015 escribe la columna "Mente y Cuerpo Sanos" en Notivox Diario. Es autora de "Yoga en tiempos sociales".
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