Cultura

Una mirada a la gastronomía francesa en Torreón, Coahuila

La tradición de la cocina francesa en la ciudad de Torreón, Coah., data del último cuarto del siglo XIX cuando Torreón era una villa y empezaba su impresionante crecimiento. 

La llegada de inmigrantes tanto extranjeros como nacionales contribuyeron a esta boyante situación.

La presencia francesa se dejó sentir en La Laguna. Uno de los hoteles principales fue el gran Hotel Michou inaugurado el 1 de febrero de 1888. Eduardo Guerra, primer historiador de Torreón comenta: 

“Los italianos Antonio Bossi y Juan Pangrasi construyen una galera de cuatro paredes de adobe en el lote donde más tarde se edificaría el Hotel de Francia, en una fracción de la manzana perteneciente a Andrés Eppen. 

En la esquina de la siguiente manzana, el señor Carlos Jones levantó una finca destinada a hotel, adquirida después por el francés Pedro Michou en 1898 y donde posteriormente sería ubicada la anexa del Hotel Francia”.

En 1902 cambia de nombre por Hotel Francés, ahora propiedad de Julio Doucet; en un directorio de aquella época se publicita como “El primer hotel extranjero que se estableció en Torreón y el primero en su clase con que cuenta la ciudad. 

Tiene restaurante francés y cantina, al estilo de los hoteles elegantes de la época. 

A la manera europea expende licores y conservas alimenticias de las mejores marcas y de superior clase. 

Se habla francés, alemán, español e inglés.” Posteriormente en 1908 cambió de nombre por Hotel Francia y fue propietario Alfredo León Manuel.

En su libro Return Ticket Salvador Novo que vivió en esta ciudad hace mención de este hotel. Muy cerca del Hotel Francia en la avenida del ferrocarril, después llamada Iturbide y hoy Carranza se encontraba el Hotel París de Miguel Murua y la cantina billar Carnot.

Homero del Bosque, cronista de la ciudad señala que el Hotel Sternau de los hermanos Sternau, anunciaba cuartos con asistencia de cinco a diez pesos diarios, y que contaba con restaurante de primera. “… fue muy famoso El Sternau, cuyo propietario, don Julio, había traído un cocinero francés de la capital de la República y mandado hacer vajillas especiales con el nombre mercantil; estuvo situado pasando la esquina sureste de la avenida Hidalgo y calle Ramos Arizpe siendo la entrada precisamente por esa calle, tuvo vida efímera de 1909 a 1915 corriendo la versión de que don Venustiano Carranza había ordenado su cierre por “cobro excesivo”.

Para 1887 en Parras y Viesca Coah., Guadalupe y René Lajous producían aguardiente y vinos de uva, tenían además un molino de trigo; por esas mismas fechas en la villa de Lerdo, Dgo., en el Hotel de la Bella Unión había un restaurante y los señores Hellion y Henric elaboraban helados parisienses En un anuncio aparece Henric como “afamado repostero y dulcero que ha trabajado con gran éxito en las principales ciudades de Francia.

” Y hablando de cocina, los hábitos culinarios franceses influyeron en la comunidad lagunera a través de las familias de origen francés, sólo nombraré algunas por falta de espacio. 

Gerard Collier de la Marliére, que era enólogo, llegó a la región a trabajar al Vergel, empresa de vinos de don Santiago Garza. 

El señor Aymes tenía un restaurante francés, Madeleine Bourillon casada con Carlos González Fariño impartía clases de cocina a señoritas laguneras entre ellas Jossie y a Margot Reynoard que aprendieron la técnica francesa de la cocina, además de que, en su casa, su mamá doña Margarita era una excelente cocinera.

Jossie Reynoard de Iriarte me proporcionó el recetario elaborado por su hermana Margot con las recetas de su mamá. 

En este escrito se ejemplifica la vida de los inmigrantes franceses en la región. Jossie me platica que su papa Andrés Reynoard llega a México en 1919 a los 18 años. 

 En Guadalajara se casa con Margarita que era nieta de franceses. 

Llega a Torreón donde había una comunidad francesa: Alberto Genty, Feliciano Chabot , Nalda, Gireud, y otros más.

Los franceses de los Alpes asentados en Torreón y en Durango tenían la costumbre de cazar: codornices, gansos, conejos, venados con los que se elaboraban deliciosos platillos. 

Con los hígados de ganso hacían pate

El desayuno era huevo duro, pan con mermelada fruta, café con leche. 

El pan lo compraban en La Colmena podía ser croissants o brioche. 

Las mermeladas se hacían en casa con la fruta de temporada de zarzamora, durazno, naranja, chabacano, además se hacían conservas para todo el año. Para la comida del mediodía se comía con pan francés. 

La Ciudad de Paris se cerraba a la una, don Andrés iba a la Colmena a recoger el pan recién horneado. 

En la comida se servía una entrada: Sopa caldosa o una crema en invierno y en verano ensaladilla de papas y zanahoria y mayonesa hecha en casa, o verduras cocidas, spaghetti o arroz , carne, pavo, o pollo o pescado y la ensalada por último, siempre había postres como: Mouse de chocolate, natillas, choux, tartaletas, gelatina con fruta, tarta de almendra. 

En esta casa se comía con vino. 

Como doña Margarita era de Guadalajara se elaboraba comida mexicana. Mole, menudo, aguas frescas, tepache. El café lo compraban en el mercado Juárez y se molía en casa. 

La cena era a las 8 y media p.m. Para cenar había omelet o baguete con carnes frías, ensalada y los grandes podían tomar el “eau d´vie” ( agua de vida ) que es un aguardiente.

En algunos estados de México había un grupo grande de franceses. La embajada de Francia tomaba pedidos cada año o cada seis meses para traer de Francia: 

pates, vinos, aceite, embutidos, quesos, conservas, anchoas, pie paquee (patitas de borrego y de la panza), latas de chicharos, espárragos, alcachofas, trufas, dulces como marrón glasé, calison (galletas de almendras.)

Aunque no había Club Francés se juntaban los domingos en la casa del señor Genty a jugar bolos y a platicar, tomaban un aperitivo: el pastís (licor a base de hierbas y se diluye con hielo y agua) y después a comer cada quien a su casa.

Todas las fiesta se hacían en la casa: bautizos, cumpleaños, el cónsul francés en Torreón era el señor Barteneuf y posteriormente fue el señor Reynoard. 

En la casa de don Andrés se brindaba cada 14 d julio.

(María Isabel Saldaña, Francisco Durán, Recuerdos y sabores de la Comarca lagunera, Secretaría de Cultura de Coahuila, Organización Soriana, Cimaco, México, 2014).

Por cierto, este libro se encuentra en digital en el Archivo Municipal de Torreón y se puede bajar gratis por si usted lo quiere leer.

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María Isabel Saldaña
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