Durante cuatro años el presidente con el slogan “American First” dividió al país, lo aisló de sus aliados, se ensañó con los inmigrantes principalmente los mexicanos y aprovechó un sector de la población blanca principalmente rural con un bajo nivel cultural y con un encono hacia lo “otro” a lo diferente.
El racismo ya estaba ahí, y el señor Trump lo utilizó para fragmentar y atizar la hoguera.
Por cuatro años la sociedad mundial tuvo que aguantar las “fake news” que cada día escribía que eran las bombas diarias que enviaba.
La democracia estuvo en peligro cuando las hordas de barbaros atacaron el Capitolio símbolo de la Constitución de ese país y del respeto a la leyes.
Ese día 6 de enero 2021 ese día el Congreso debía certificar la victoria del demócrata Joe Biden cuando una manada de hombres y mujeres enloquecidos trepando por paredes, rompiendo vidrios, tumbando puertas tomaron el edificio, y como si fuera un “reality show” empezaron a grabar, a tomar selfies.
Qué locura. Se dio la certificación de Biden.
Pero ese asalto azuzado por el presidente tuvo 5 muertos. Los senadores censuraron este vil acto excepto 10 republicanos.
Ahora los senadores del partido Republicano al que Trump le dio fuerza tienen que decidir si se alinean con el presidente o con la democracia de su país.
Esto viene a colación ya que los demócratas están tratando de hacer impeachment donde acusa al presidente Donald Trump de haber incitado a los disturbios que estallaron en el Capitolio de EE.UU. y necesitan los votos de los republicanos.
Me viene una frase de otro presidente “o están conmigo o contra mi”.
Y la democracia se trata de dialogo, de consensos, de contrapesos, de llegar a acuerdos y no de un presidencialismo autocrático.
Las redes sociales le cerraron la boca al agresor y sus millones de seguidores escucharon el silencio y él mismo oyó el eco de estar solo.
Miguel de Unamuno el gran filosofo escribió “La libertad no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad.
No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la Cultura”.
Mucho que pensar de en un país que recorta los presupuestos a cultura y a la ciencia, será para recortar la libertad.
