La riqueza de México es su cultura. La cultura popular con sus artesanos que con manos mágicas producen alebrijes, tejidos, cestería, joyería, la música del mariachi, los, boleros, la danza regional, la gastronomía e infinidad de muestras culturales que nos apuntalan como país. Por otro lado la llamada “alta cultura” con manifestaciones artísticas maravillosas como la pintura, las letras, el teatro, la música, el cine, la fotografía entre otras.
A través de la historia grandes empresas han desaparecido, los políticos se borran en esas páginas, excepto los que trabajaron bien o muy mal por México, pero las manifestaciones culturales quedan impresas en el alma, son la que nos dan identidad y no hacen sentirnos orgullosos de nuestra ciudad, de nuestro país.
Los recortes que se hacen a Cultura son draconianos, sí, hay muchas necesidades y una de ellas es la cultura que da la opción a miles de personas de admirar una obra de arte, oír una sinfónica. De aprender en un taller a escribir, a pintar, a tocar un instrumento, a cantar o aprender actuación entre otras muchas actividades artísticas.
En la ciudad de Torreón el presupuesto para cultura es de 45 millones que es el 1.87% del total del presupuesto de la ciudad de 2,300 millones (datos proporcionados por el IMPLAN). Los siguientes datos fueron proporcionados por Elías Agüero, director de Cultura (Instituto descentralizado independiente): De los 45 millones: 38 millones se van a nómina del personal administrativo de 240 personas de las cuales 60 son sindicalizadas. En realidad el promedio por mes serían 13,000 pesos.
De los 7 millones que le quedan se paga a los talleristas de los centros culturales, orquesta sinfónica juvenil en donde se dan becas para 80 jóvenes cada uno de 700 pesos, la banda municipal. Entiendo que la política cultural municipal es apoyar a todo el mundo independientemente de la clase social. Y así debe de ser: la cultura es para todoooos.
Del presupuesto no queda nada para libros, ni para talleres de personajes nacionales o para conferencias de autores de renombre que puedan transmitir su conocimiento y ayudar al crecimiento de los talentos laguneros, además de crear redes culturales. La cultura no debe ser el “patito feo” del municipio.
Se tiene que cambiar el modelo, asumir que la cultura no es un gasto, que es una inversión en nuestra gente y que en un futuro estos estudiantes generarán a su vez obras artísticas o bien enseñara en la academia formando conocimiento. Pero sobre todo nos ayudará a ser mejores seres humanos.