Cultura

Herencias de familia

Las herencias de los padres llegan a los hijos. Algunas de ellas malditas que dividen a las familias. 

Los padres previsores dejan en testamento con Notario a quien van a pertenecer: empresas, comercios, edificios, casas, cuentas de banco, joyas, cuadros y otras pertenencias. Aun así, algunas veces los herederos no están conformes y vienen las demandas e impugnaciones. 

Las familias se pelean y dividen. Otras veces cuando no hay testamento la cosa es todavía peor, los hijos se tardan a llegar a un acuerdo y siempre quedan resentimientos.

Hay otros bienes que a muchos hijos no les interesan: los papeles familiares: cartas, fotografías, recetarios, diplomas, títulos. 

Y vienen los libros, muchos de ellos van acabar en venta en depósitos de segunda mano. 

Sí, da tristeza formar una biblioteca para que acabe en manos de quien sabe quién si bien les va o sino que en una trituradora.

En algunas bibliotecas no aceptan libros porque tienen internet y computadoras, perooo en las bibliotecas de los ejidos o municipios que no cuentan con esa tecnología los libros son siempre bienvenidos.

Y luego bienes los objetos: ¿Qué va a pasar con las vajillas? la de Bavaria. Sevres o las japonesas más económicas pero igual de bonitas o las mexicanas de barro o talavera , las cuchillerías de plata, de alpaca, o las más baratas, las de diario, la cristalería, los candiles, los adornos de cristal cortado, las lámparas, los manteles, muchos tejidos o bordados a mano, muebles que fueron de los abuelos y que hoy son desechados porque ya no se usan. 

Los mantones de Manila, los rebosos y vestidos mexicanos, las blusas de la abuela de encaje de Bruselas, las mantillas bordadas a mano, los abanicos y otros muchos objetos que pertenecieron a varias generaciones.

Las joyas finas y las no tan finas pero que tienen para los dueños un valor sentimental, los cuadros, las pashminas de lana o seda, las mascadas de seda. Ahhh. Ya no se usan.

Cuando murió mi abuela y luego mi mamá yo guarde todas esas “cosas” me daba una pena regalarlas o tirarlas, objetos que con el sólo hecho de elaborarlos ya son obra de arte con manos anónimas que dejaron una creación.

Lo que hice con un mantón hermoso bordado a mano de mi abuela lo mande enmarcar y ahora es un cuadro hermoso.

¿Qué valor tienen los objetos que nos legan los padres? ¿Tienen algún valor? Para nosotros de la tercera edad sí. 

Para las nuevas generaciones tienen otra estética. Minimalista, objetos modernos algunos de valor y la mayoría no. 

No tienen un valor sentimental por las cosas de sus antepasados. Lo más probable es que se deshagan del legado familiar. 

Quemarán los papeles y las fotografías. Los libros, ese tesoro de las letras en donde se encuentra la cultura de siglos posiblemente los vendan a precio de kilo.

También es un problema de cultura, las nuevas generaciones no saben lo que cuestan las cosas. 

Quizá deberían ir a museos, ver páginas de subastas, y de antigüedades para que sepan el costo de las cosas. 

Las casas europeas y de otras partes del mundo, aun aquí en México combinan muebles y objetos antiguos con los modernos y se ven hermosas. 

De eso se trata abrazar lo nuevo con lo antiguo que pueden convivir en armonía.

Como colofón hay que ir haciendo el testamento y dar unas clases exprés a los hijos del valor de los objetos no solo en lo económico sino como legado familiar. 

Un valor no sólo de lo monetario sino de la belleza de la creación y del arte.

Pero como todos sabemos nosotros estaremos en otro mundo. ¿En dónde van a quedar nuestras cosas? 

Ya no será nuestro problema. Se cerró el telón.

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María Isabel Saldaña
  • María Isabel Saldaña
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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