Política

Nuestras niñas en peligro

  • Columna de María Doris Hernández Ochoa
  • Nuestras niñas en peligro
  • María Doris Hernández Ochoa

Una de las peores faltas que se pueden cometer en la vida de la sociedad es impedir que los niños sean niños. Un niñez sin vida infantil es como pasar de largo ante un mundo de juegos, fantasía, alegría espontánea, candor y amor.

Los culpables de este crimen son los adultos, poseedores de una malformación espiritual , productos de experiencias negativas que proyectan con sus acciones contra seres indefensos.

Una persona feliz que aceptó y se conformó con lo que tenía y además apegada de alguna forma a la moral, es incapaz de una canallada.

Los sueños infantiles coartados deben doler a todos los bien nacidos.

El trato cruel a la niña, la negación a sus derechos a ser feliz, el atraco a su dignidad es un lastre en el desarrollo de cualquier sociedad.

El convertir a las niñas como objeto no tiene nombre, como se acostumbra en algunas comunidades patriarcales que las ven como objeto de negociación, esclavitud o placer.

Clara Sherer registra que “… las niñas son las primeras víctimas de las violaciones de sus derechos y suelen sufrir una doble discriminación: por su edad y por su género, es decir, serán discriminadas más frecuentemente que los niños por ser menores de género femenino. Además, la doble discriminación puede convertirse en triple si se añaden otros factores, como ser pobre, pertenecer a un grupo minoritario o tener alguna discapacidad”.

Dice Eufrosina Cruz, una indígena que estudió: “Demostré que las mujeres indígenas tenemos cerebro, lo que nos falta son más oportunidades”. “Yo le digo a mi esposo que la niña debe estudiar. Que estudie lo que quiera y si se quiere casar, que lo haga, que nosotros no debemos venderla. No estuvo bien lo que hicieron mis padres conmigo al venderme”.

Algunas autoridades han sido “respetuosas de los usos y costumbres” , pero esto no procede cuando se trata de atentar contra la dignidad humana y con la pureza de la niñez. Gabriela Mistral había escrito que “Todas íbamos a ser reinas, /y de verídico reinar; /pero ninguna ha sido reina/ ni en Arauco ni en Copán...”.

Hay muchas sor Juanas , Rigobertas y Teresas… que fueron niñas felices. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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