Se afirma que en política no hay coincidencias y mucho menos, casualidades; esto viene a tema por los terribles atentados a la seguridad y paz que han padecido en este fin de semana, a través de explosiones vandálicas en Guadalajara y ataques cobarde a los cuerpos de seguridad que en el momento, no sabían qué estaba pasando, quedaron a merced de agresiones, así como a la destrucciones de bienes y agravio al patrimonio cultural físico.
El ataque a un agente de seguridad frente al palacio de gobierno de Jalisco al rociarlo de un líquido volátil y luego prenderle fuego, no tiene precedentes por la intención criminal del cobarde mozalbete que ocultaba la cara.
La réplica en la CdMx de gavillas anónimas que recorrieron el Paseo de la Reforma destruyendo cuanto pudieron a su paso, fue la confirmación de un plan para confrontar a la sociedad en general que se siente agraviada, especialmente por la nula o tardía aparición de los agentes del orden.
Jalisco no es un estado que se identifique en lo absoluto con el proyecto político del Presidente de la República, forma parte d el bloque de gobernadores exigiendo respeto y cumplimiento con los compromisos del pacto federal.
Para ello se ha integrado un grupo de choque profesional, formado por jóvenes desorientados carentes de bases y principios, emulando a los “halcones” de la época de Luis Echeverría. Este grupo está disponible como un cuerpo paramilitar, y para actuar con violencia en donde se le ordene , con capacidad de movilidad , recursos y logística .
La lectura a estos acontecimientos es elemental: Tamaulipas está en la agenda, por ser gobernada por otro partido y porque su gobernador le ha hablado claro y fuerte al jefe federal , no para pedir privilegios, sino para reclamar lo que corresponde a derecho y como recordatorio de que vivimos en un sistema federal como democrático.
Por lo anterior, cada ciudadano tamaulipeco independiente de sus referencias políticas y sin distingo social, tendrá que ponerse en situación de alerta ante la amenaza que se cierne sobre nuestro estado, que necesariamente vendrá del exterior, porque los “ideólogos del desastre” no cuentan con una base mínima local que represente la “nueva política”.
Los tamaulipecos tendremos que convertirnos en agentes de seguridad, detectando a cuantas Polevnskys aparezcan en el horizonte, porque ya sabremos cuál consigna traerá , que no será precisamente verificar que Tampico brilla. _