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En estos tiempos, el “pequeño gigante” de América del Sur, Uruguay, país que apenas supera los tres millones de habitantes, y que además es conocido por su buena exportación de futbolistas, así como también por su carne y su tradicional mate, se empieza a preparar para lo que serán las elecciones internas. En junio del 2024 la ciudadanía votará, de manera no obligatoria, al candidato único que cada partido postulará. La contienda electoral que definirá la Presidencia será en octubre del mismo año, aunque esta sí en régimen de votación obligatoria.

Actualmente son muchas las personalidades que empiezan a tomar fuerza de cara a una candidatura. Recordemos que los partidos políticos son: Frente Amplio, Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente, Cabildo Abierto, Partido de la Gente, Partido Digital, y Partido Ecologista Radical Intransigente.

Dicho esto, es importante considerar que el FA es la mayor fuerza política del país. Entonces, ¿por qué no son gobierno?

En la última elección, año 2019, los partidos políticos de la oposición implementaron el formato de coalición, donde todos los votos sumaban a un mismo lema. Es decir, la elección se disputó entre el FA por un lado y la oposición por el otro, o sea, la izquierda contra todos los partidos de “centro” y de derecha. Aun así, la elección se definió por menos del dos por ciento de los votos.

Es bueno saber que, de acuerdo a la Constitución uruguaya, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, no puede ser reelecto. Sin embargo, en su partido son varios los nombres que aparecen: Álvaro Delgado, Secretario de Presidencia; Beatriz Argimón, vicepresidenta; y los senadores, Juan Sartori y Jorge Gandhini.

El FA, la principal “amenaza” que tiene el Gobierno en la lucha por mantener el poder, tiene por lo menos cuatro nombres: Yamandú Orsi, intendente de Canelones; Carolina Cosse, intendenta de Montevideo; Mario Bergara, senador; y Andrés Lima, intendente de Salto.

El PC, después de la dictadura (1973-1985), se hundió en un pozo electoral del cual le ha costado mucho recuperarse. Si bien las últimas elecciones han mostrado leves mejoras en su caudal, está lejos de tener aspiraciones reales de llegar al poder, por lo que su estrategia radica en seguir fortaleciéndose y en generar alianzas con, por ejemplo, el PN, y evitar así el retorno del FA al poder.

El otro partido que ha sido una sorpresa en la última elección es CA. Su líder, el ex general Guido Manini, decidió incursionar en política, crear su propio partido, y obtuvo un enorme apoyo electoral. Su aceptación no sólo logró ubicarlo como actual senador, sino que obtuvo otras tres bancas y un Ministerio. También será candidato.

Los otros partidos representan a sectores menores y, si bien no parecen tener posibilidades, sus intenciones pasan por otro supuesto: ser quienes tienen la capacidad de inclinar la balanza.

Uruguay, país donde rara vez trascienden hechos políticos en el exterior, se prepara para hacerle honor a la “garra charrúa”, aunque esta vez en honor a la ciudadanía y a la democracia.

De tarea

Agradezco la colaboración de Leandro Fagúndez para escribir esta interesante columna.

Marco Sifuentes

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