Actúa como el perfecto cortesano
“El perfecto cortesano prospera en un mundo en el que todo gira alrededor del poder y la destreza política”, dice Robert Greene en sus 48 Leyes del Poder.
“Él domina el arte de la ambigüedad, halaga, se somete a los que están arriba de él y afirma su poder sobre otros, del modo más oblicuo y elegante”. Tomando en cuenta que el lenguaje utilizado por el autor del Best Seller hace referencia a las cortes reales y palaciegas a lo largo de la historia de la humanidad, lo cierto es que la cortesanía, que no cortesía, sigue vigente.
Para muestra, dos palacios: el Nacional y el de Gobierno en Jalisco. En ambos impera el poder casi absoluto. Solo los chicharrones del amo truenan en cada uno, sin que nadie que se atreva a cuestionar.
“Aprende y aplica las leyes de la cortesanía y nada evitará tu ascenso en la corte”, abunda Greene, y eso hacen todos aquellos que pretenden escalar tanto en la nomenclatura de la “Transformación" como en la de la “Refundación”. Hasta en los términos coinciden. Te pareces tanto a mí, dijera el extinto Juanga.
Para bien o para mal, así funciona en Jalisco y a nivel nacional. Quien conozca la regla podrá avanzar sin hacer ruido, siempre y cuando se someta al soberano y no haga olas entre los miembros de la corte para que no sospechen sobre sus arribistas y trepadoras intenciones.
Realmente, no encuentro diferencia entre el modelo morenista, emecista y el priista al que ambos desplazaron y prometieron sepultar.
En el PAN, sucede algo distinto. Ahí el que manda es el padrón y quién lo tenga, ya chingó, podrá pelear por una regiduría, una pluri y hasta una senaduría, mientras que su partido se empequeñece, desvanece y su verdadera militancia se pulveriza en las filas del naranja y morena.
Por eso, para dejar de lado la sumisión y la simulación y regresarle a la sociedad la potestad sobre los partidos políticos, los gobiernos que de ellos emanen y, consecuentemente, su propio destino, es imperante la instauración en México de las PASO, o sea, elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Estás ya se llevan a cabo en Argentina y otros países menos desarrollados económicamente pero democráticamente más avanzados que el nuestro.
El pretexto de los partidos respecto a las primarias siempre fue que el PRI podría mover su estructura y meter sus narices en los procesos de sus partidos rivales e imponer candidatos débiles, sin embargo, al ser simultáneas las primarias, nadie, en teoría, podría votar en dos partidos distintos y, de hacerlo, ambos votos serían anulados.
Otro punto a descartar con esta fórmula, es que al ser obligatorio el sufragio, nos ahorraríamos acarreos, compra de votos, coacción a través de programas sociales y todo tipo de artimañas harto conocidas en nuestro país y cada vez más recurridas por quien detenta el poder en turno, con independencia de sus siglas y colores partidistas.
En pocas palabras: lo cortés no te hace cortesano, ni te quita lo valiente.
De tarea:
Ayer hubo elección extraordinaria en Nayarit. Ya les platicaré. También hablaremos del Atlas.
Marco Sifuentes