Los chilangos estamos cada vez más orgullos de nuestra ciudad. Mis interlocutores de otras naciones me lo dicen con frecuencia: la Ciudad de México está de moda en el mundo. Los visitantes del país y el extranjero encuentran aquí una conjunción fascinante de historia y modernidad y las más increíbles expresiones del arte y la cultura. La CdMx es una entidad de derechos; abierta, progresista, tolerante e igualitaria; pujante e innovadora. En la capital gozamos niveles de seguridad superiores a los de la mayoría de los estados de la República. En la actualidad, en la CdMx se cometen menos asesinatos que en 1997, año del histórico triunfo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, a pesar del incremento en la población. En la CdMx del presente se registran 95 por ciento menos de robos violentos de vehículos que hace 27 años.
La CdMx es pionera en la lucha contra la desigualdad. Cuando a todos les parecía un despropósito hacerlo, Andrés Manuel López Obrador impulsó las pensiones para las personas de la tercera edad. Pese a que en el resto del país no se favorecían esas causas, impulsamos aquí el derecho de las mujeres a decidir y el matrimonio igualitario. La CdMx también ha sido precursora en el rescate de espacios públicos; en crear parques y ciclovías; en llevar Cablebús y Metrobús a regiones otrora olvidadas; en llevar a la cultura y el entretenimiento a las plazas; en organizar los conciertos más estupendos en el Zócalo. El avance para bien de CdMx en el primer cuarto del siglo es, por supuesto, mérito de los habitantes de la capital, pero ha sido posible gracias a gobiernos como los de nuestro hoy presidente, de la doctora Claudia Sheinbaum o el mío propio.
Clara Brugada aspira a continuar con esa noble tradición. Su esencia es la de luchadora social, mientras que su hoja de resultados la revela como una gobernante eficiente. Como alcaldesa, logró la reducción de 57% de los delitos de alto impacto en Iztapalapa. En zonas anteriormente olvidadas, Clara construyó 12 Utopías, en las que las personas igualmente pueden tomar clases de natación o yoga, que recibir apoyo sicológico y emocional o visitar una exposición de arte contemporáneo.
Clara tiene una propuesta sólida para la capital. En materia de seguridad, apuesta a convertir a la CdMx en la ciudad más videovigilada e iluminada del continente. Estoy convencido de que su plan continuará la tendencia de reducción en el crimen registrada con la doctora Sheinbaum. Plantea la creación de un sistema público de cuidados de alta calidad, incluyendo una red para la atención de niños, así como centros de rehabilitación para personas con discapacidad. Se ha propuesto construir dos nuevas líneas de Metrobús y cinco de Cablebús, así como la renovación del Metro. Como lo he atestiguado en reuniones con personas de negocios a las que la he acompañado, Clara está comprometida a impulsar la innovación y el crecimiento tecnológico y tiene un desarrollado plan para atraer la inversión y detonar los negocios y el empleo en la capital.
Nuestra abanderada es una mujer austera y honesta. A diferencia de las alcaldías gobernadas por la oposición, Iztapalapa no tuvo observaciones por parte de la Auditoría Superior de la Federación en su reciente Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública. A diferencia del candidato de la derecha y su entorno, sobre Brugada no pesan acusaciones o señalamientos de corrupción.
Ahora, en tiempo de campañas, el candidato del PRIAN se desenvuelve con cinismo y apuesta a la desmemoria de la gente. Promete más seguridad, aunque los partidos que lo postulan provocaron que los homicidios se multiplicaran por cuatro en los últimos 12 años que gobernaron el país. Se dice a favor de los derechos de las minorías, pero como diputado federal se opuso al matrimonio entre personas del mismo sexo. Los panistas hoy dicen que favorecen los programas sociales, pero sus legisladores votaron en contra de ellos. ¿Cómo creerles?
El futuro de la CdMx es promisorio.La capital puede al mismo tiempo despuntar en innovación, inversión y crecimiento, que consolidarse como una ciudad de derechos cada vez más igualitaria. La disyuntiva es confiar en una mujer valiente que forma parte y honra una estirpe de líderes honestos y comprometidos de izquierda que hemos tenido el privilegio de haber gobernado la capital o ceder el mando a los partidos que ya le fallaron a México.
En 2000 decliné una aspiración personal —mi primera candidatura a jefe de Gobierno— para apoyar a Andrés Manuel y reducir la posibilidad de que la derecha montada en la ola foxista pudiera ganar en la capital. Fue una de las mejores decisiones políticas de mi vida. Veinticuatro años después estoy convencido de que para nuestra ciudad la izquierda sigue siendo la mejor opción y que la ruta es Clara.
