Resulta sorprendente cómo, en el juego de la política y las decisiones gubernamentales, las "coincidencias" parecen no tener límites.
Recientemente, el Gobierno de Nuevo León se vio obligado a suspender temporalmente el desmonte del río Santa Catarina debido a la presión ejercida por la ciudadanía y diversas organizaciones civiles que alzaron la voz en defensa del ecosistema y la biodiversidad que alberga este emblemático río.
Parecía un triunfo para la participación ciudadana y la protección del medio ambiente, en medio de un panorama político siempre cuestionado por la opacidad y la falta de transparencia.
Sin embargo, a tan solo una semana de esta "victoria" para los defensores del río, un misterioso incendio se desató en el mismo lugar el pasado 19 de julio, el cual ha sido atribuido a la “oposición” por el Gobierno del estado.
Es difícil no cuestionar la veracidad de los eventos y no sentir una profunda suspicacia al respecto.
El incendio, que por supuesto debe ser investigado y castigado si hubiera responsables detrás, convenientemente ocurrió justo antes de un foro de diálogo donde las autoridades estatales y los activistas ambientales se reunirían para discutir el futuro del río Santa Catarina. ¡Qué coincidencia!
¿Qué hay detrás de este incendio? ¿Quién se beneficia de tal acontecimiento? Son preguntas inevitables que debiéramos exigir a las autoridades que sean respondidas, ya que la respuesta parece apuntar hacia aquellos que desean retomar las obras de desmonte del río a pesar de la oposición ciudadana.
La acusación precipitada y sin pruebas hacia la "vieja política" por parte del Gobierno de Nuevo León resulta cuestionable.
Si bien no se puede descartar ninguna hipótesis, es necesario que las autoridades investiguen con imparcialidad y transparencia, sin intentar endosar culpas sin fundamento a la oposición, ya que este tipo de señalamientos solo exacerba la polarización y la desconfianza en la política y las instituciones gubernamentales.
Además, es alarmante que las propias autoridades hayan reconocido haber convocado la primera reunión con especialistas con poco tiempo de anticipación debido a la "urgencia" de limpiar el río.
Si la protección del ecosistema es una prioridad real, ¿por qué no se tomó el tiempo necesario para planificar adecuadamente las intervenciones?
Es evidente que hay un interés por acelerar el proceso de desmonte, incluso a pesar de la solicitud de audiencia pública por parte de quienes buscan proteger el río.
La falta de congruencia entre las declaraciones gubernamentales y las acciones tomadas sobre el terreno, solo aumenta las sospechas y la percepción de que los intereses particulares están prevaleciendo por encima del bienestar de la ciudadanía y del medio ambiente.
El río Santa Catarina es un tesoro natural que alberga una rica biodiversidad y desempeña un papel vital en el equilibrio ecológico de la región.
Su protección y conservación deben ser una prioridad para cualquier gobierno comprometido con el desarrollo sostenible y el bienestar de sus ciudadanos.
No permitamos que nadie, incluidas las autoridades neoleonesas, lo destruyan.
Exijamos transparencia, diálogo genuino y decisiones basadas en el interés común y no en intereses particulares.