Política

Lágrimas de cocodrilo

quizá muchos de ustedes ya lo saben, pero creo que no está de más explicar la situación derivada del escándalo sobre la casa en Houston, Texas, donde vivió uno de los hijos del Presidente, José Ramón López Beltrán con su pareja, Carolyn Adams, durante el 2019 y 2020.

Trataré de ser breve para pasar al tema que me interesa; el pasado 28 de enero, la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) dio a conocer mediante un reportaje que López Beltrán y Carolyn Adams (su pareja) vivieron en 2019 en una lujosa propiedad de un ejecutivo de Baker Hughes, empresa que durante ese mismo año recibió un contrato de Petróleos Mexicanos (Pemex), institución con la que tiene contratos vigentes por más de 151 millones de dólares. Cabe mencionar que dicho reportaje fue presentado por el periodista Carlos Loret de Mola.

Posterior a ello, y de acuerdo a MCCI, López Beltrán se mudó junto a su pareja a una nueva residencia en el condado de Harris, la cual está a nombre de Carolyn Adams, donde ambos llevan una vida opulenta que ha puesto en duda el discurso de autoridad republicana de López Obrador –esto de acuerdo con el reportaje mencionado-.

El 31 de enero, el Presidente se limitó en defender a su hijo minimizando la importancia del reportaje, sin desmentir la información abogando a que “este gobierno no tienen influencia” en sus hijos, ya que “no se le da contrato a ningún recomendado”, agregando que respecto al matrimonio de López Beltrán, lo prudente era no “meterse, ellos se casaron y al parecer la señora tiene dinero, pero no tiene nada que ver con el Gobierno”.

En otra conferencia matutina, López Obrador auguró que no encontrarían nada respecto a la investigación abierta contra su hijo, aprovechando para retar a la organización MCCI a presentar los documentos de los contratos (mencionados al principio de este texto) ante la Fiscalía General de la República.

Por su parte, Pemex negó que la empresa haya favorecido a la compañía Baker Hughes, mientras que Keith L. Schilling, dueño de dicha empresa, aseguró no estar enterado que López Beltrán vivía en su residencia (valorada en casi un millón de dólares).

Así, desde que vio la luz el reportaje que les menciono, hemos tenido que atestiguar una serie de irregularidades sobre el caso al que la oposición nombró como “la casa gris”, pero algo de todo lo ocurrido que no solo a mí me pareció gravísimo y peligroso, fue el hecho de que el Presidente diera a conocer la información fiscal de Loret de Mola –aparentemente como venganza por sacar el reportaje- en una de sus “mañaneras”.

En un país donde el periodismo se ha vuelto una de las profesiones de alto riesgo –y donde tan solo en lo que va de este año ya tenemos un saldo de 6 periodistas asesinados-, quien se supone nos gobierna decidió arremeter contra los periodistas que han sacado información sobre el caso de su hijo, en lugar de demostrar con pruebas y hechos que de verdad tiene la razón.

En cambio, su discurso y postura han sido las de una víctima que ha recurrido hasta a las lágrimas –de cocodrilo diría yo, pues las pruebas de todos los conflictos de interés allí están para demostrar la realidad de las cosas- para intentar desviar la atención de las y los mexicanos y poder seguir atentando contra la prensa y contra cualquiera que no esté de acuerdo con él y la “Cuarta Transformación”.

Ojalá pueda secarse las lágrimas para que vea con claridad en qué condiciones tiene al país, mientras él invierte su tiempo en hacer rabietas desde Palacio Nacional con tal de defender lo indefendible.

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Marcela Brown
  • Marcela Brown
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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