Aunque la conocida frase de que “podemos estar condenados a repetir la misma historia” no es correcta porque la historia no se puede repetir, los vicios o errores humanos sí se pueden: de acuerdo con registros históricos, hace más de 500 años, nuestros ancestros en México fueron “engañados” por los españoles durante la colonización.
Se menciona que parte de ese engaño fue saquear el oro y las riquezas con las que contaban las civilizaciones mesoamericanas, a cambio de “espejuelos” -que en realidad se trataban de baratijas, no de espejos literalmente-, de allí la expresión popularizada para hacer referencia a la ingenuidad (o mejor dicho, que te vieron la cara): “te vendieron espejitos” o “es un vende espejos”.
Más allá de profundizar en el hecho histórico, las causas y consecuencias de lo ocurrido a raíz de la colonización, hago referencia a ello porque considero que la ingenuidad, aunada al desconocimiento, han provocado que muchos de nosotros sigamos replicando vicios y errores de antaño -y sí, es parte de ser humanos-.
Pero en la política de nuestro país parece ser parte del “ciclo sin fin” del que se aprovechan para mal las autoridades: nuestros y nuestras gobernantes quieren constantemente vernos la cara, disfrazando sus políticas y acciones como “espejitos” que realmente necesitamos, a cambio de mantenerse en el poder, sin importar sus atropellos a la justicia y nuestros derechos humanos.
Un ejemplo muy claro de “vende espejitos” es Samuel García, actual gobernador de Nuevo León quien, gracias a su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, llegó al Poder Ejecutivo, y se mantiene actualmente con gran popularidad por las constantes estrategias en redes sociales que han utilizado ambos para hacerle creer a las y los neoleoneses que realmente están haciendo un cambio, no como los “de la vieja política”.
Los menciono por la última noticia que ronda en internet, acerca de la futura planta de Tesla que se ubicará (según lo notificado el día de ayer 1 de marzo por Samuel García) en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, a expensas de muchos problemas ambientales que sufre el estado.
Como una inversión de “electromovilidad” y una “economía sostenible”, el gobernador del estado nos quiere “vender” una futura fábrica de autos que no solo va a traer inversión y capital cultural y tecnológico, sino también una muy posible crisis de agua (¿o con qué agua se va a abastecer dicha planta?), mayor contaminación ambiental de la que ya hay, entre muchas otras externalidades negativas.
Y peor aún, va a llegar a una entidad con graves problemas de movilidad donde, tan solo en 2021, registró más de 70 mil accidentes de tránsito (>1400 fueron de colisiones con peatones y poco menos de 50 mil de colisiones entre vehículos), el cual claramente no se encuentra preparado con las políticas para enfrentar el aumento de la flota vehicular.
No busco ser pesimista, pero el cambio climático no espera por nadie, ni siquiera por Samuel García, ni Elon Musk, y cada acción que realicemos sin pensar en el medio ambiente, tarde o temprano nos cobrará la factura a todos por igual aunque, como de costumbre, serán las personas más vulneradas quienes resulten mayormente afectadas (tal vez por eso el poco interés de nuestros gobernantes por tomar cartas en el asunto para combatir la crisis climática).
Así que, sí muy bonitos sus “espejitos”, pero sin sustento de cómo prevenir todo lo que van a desencadenar los autos Tesla en México, el beneficio seguirá siendo para unos cuantos, como de costumbre.
Marcela Brown