Es importante que se reconozca que esta última ola en la pandemia de covid-19 representa un verdadero riesgo para el crecimiento de la economía en México, los niveles diarios de contagios son los más altos desde que ésta inició; el hecho de que las defunciones, en términos relativos, no hayan crecido tanto no nos debe tranquilizar porque, como hemos visto en el pasado, los números de muertes guardan bastante retraso.
A diferencia de 2020, hoy la manera de enfrentar este problema es incrementando los niveles de vacunación; actualmente ya no tiene caso encerrarnos y limitar las actividades de nuestra vida diaria, en este momento hay una solución real que debe estar al alcance de todos los mexicanos y está representada por las vacunas.
No es fácil comprender por qué los responsables de controlar este mal insisten en centralizar todo lo que se refiere a los procesos de vacunación. Por qué no se aprovechó, y no se aprovecha aún, la enorme experiencia que hay en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en el sector salud —en lo general— en lo referente a temas de vacunación; México siempre fue muy eficiente en sus campañas de vacunación tanto de polio, sarampión, viruela, etc., existen en el IMSS y en los hospitales públicos miles de enfermeras muy bien capacitadas para realizar esa labor y simplemente el doctor Hugo López-Gatell decidió no aprovechar ese valioso activo, la razón, seguro es su prepotencia y su falta de ética y profesionalismo.
Con los niveles de contagio actuales, el enorme peligro es que se genere en nuestro país una variante del covid-19, tal como sucedió en India; en ese país el descuido de sus gobernantes provocó que por la cantidad de contagios surgiera la variante Delta, misma que hoy azota al planeta; pues bien, eso puede suceder aquí si no detenemos cuanto antes el progreso de estas infecciones.
No hay excusa para que contando con recursos humanos y económicos suficientes —que sí los tenemos—, no se pongan en marcha planes de vacunación más efectivos.
Resumo, se necesitan nuevos canales de distribución y dejar de centralizarla, si hacen falta vacunas, que se compren, si el pretexto es que no hay dinero, que se cancelen otros gastos menos importantes que la vida de los mexicanos y, por último, que en este regreso a clases de los menores —que todos deseamos— se preparen a todas las escuelas para que puedan garantizar el bienestar de los niños, es muy conocido el estado lamentable de la planta escolar, hagamos el regreso a clases paulatino, en función de que primero existan las condiciones físicas y sanitarias necesarias para la seguridad de los estudiantes, su salud —y no al revés—mandarlos, y a ver qué pasa.
Manuel Somoza
@CISomozaMusi
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